Lo Hice Porque No Había Una

¡Empieza el Arco 5!¡Encuentra ese SSSSSSSSSSSR Esper!

Cuando terminó la Semana Dorada, Kaburagi-san desapareció en su castillo mágico camuflado sobre el Océano Pacífico. Los primeros días se esforzó en desplazarse desde allí, pero luego dejó de hacerlo. No la había visto personalmente en las últimas dos o tres semanas. Así de enamorada estaba del lugar. Teniendo en cuenta el tiempo que llevaba soñando con vivir en un castillo mágico, supongo que tiene sentido.
Una de las principales razones de este estado de cosas era la calidad del viaje entre el castillo mágico y Tokyo.

Para mantener la carga en el cuerpo de ella al mínimo, tenía que mantener la velocidad por debajo de Mach 5, lo que significaba que un viaje de ida duraba algo menos de 2 horas. Además, el viaje tuvo que realizarse durante la noche para evitar que se notara. Si hubiera estado a sólo unos minutos de distancia, seguramente Kaburagi-san no se habría dejado absorber tanto.

Las limitaciones de los métodos de viaje y la disponibilidad de espacio estaban demostrando rápidamente ser un cuello de botella para la continuación de nuestras actividades como organización secreta.

La mayoría de las veces, cuando aparecía la Oscuridad del Mundo, Touka-chan y Shouta-kun se acercaban a pie. Iban en bicicleta si estas estaban cerca, y también habían cogido taxi antes, pero aun así, tardaban en llegar al lugar de los hechos. Y, desde luego, no necesitábamos la atención que acaparaban los dos corriendo a toda velocidad en medio de la ciudad.

Además, el traje de batalla destacaba mucho. Por lo tanto, los adolescentes habían optado por dirigirse y luchar sin cambiarse, saltándose por completo la parte de «ponerse el traje». Al fin y al cabo, si perdían el tiempo cambiándose de vestuario, la Oscuridad del Mundo podría escaparse o agredir a gente inocente. Ambos estaban ya tan acostumbrados a luchar que confiaban en poder ganar los combates contra los mobs de basura sin recibir ni un solo golpe. Y, efectivamente, ninguno de los dos había tocado sus trajes de combate ni una sola vez después de volver de Marineland.

Hablando del evento de Marineland, el viaje en avión también había sido una molestia. Técnicamente, esto podría considerarse parte de la diversión de hacer viajes, pero no se podía evitar el hecho de que era una pérdida de tiempo, y los viajes largos eran innegablemente agotadores. Esto hacía difícil ir a lugares lejanos al margen de las largas vacaciones de primavera, verano e invierno. Algo como, por ejemplo, un evento rápido y casual en Estados Unidos durante el fin de semana quedaba totalmente descartado.

Además, la disponibilidad de espacio era un problema aún mayor que los viajes.

El hecho de que hubiera espers luchando contra monstruos llamados Oscuridad del Mundo en lugares tranquilos y desiertos se había extendido bastante dentro del mundo del ocultismo y estaba suscitando mucho interés. Ahora era «lo último» vigilar los túneles subterráneos de las alcantarillas, las fábricas abandonadas y los edificios programados para su demolición mediante la instalación de cámaras de seguridad y las vigilancias en persona.

Las cosas habrían seguido siendo manejables si sólo lo hubieran hecho los aficionados, pero, por supuesto, las agencias de inteligencia también se enteraron. La vigilancia de todos los rincones de los suburbios era cada vez más estricta, y cada vez era más difícil asegurar las localizaciones para los combates de la Oscuridad del Mundo.

Además, si utilizaba la telequinesis para desactivar la vigilancia por la fuerza, la gente que la había establecido se dedicaría inmediatamente a asaltar el lugar debido a la desactivación de su vigilancia. Al ritmo que estábamos consumiendo la lista de lugares que tenía en mente, no duraríamos ni un año. Este era un problema que no podía resolver sólo con la telequinesis.

Como solución a todos estos problemas, decidí reclutar a un nuevo esper, uno que fuera capaz de utilizar un poder relacionado con el espacio.

Esta vez, no íbamos a encontrar a alguien basándonos en su personalidad y concediéndole un superpoder; en su lugar, íbamos a encontrar a alguien que poseyera la afinidad por un superpoder relacionado con el espacio y obligarle a unirse a nosotros. Dábamos prioridad al superpoder sobre la personalidad.