Ansia. Ansia. Ansia. Ansia.
Todo lo que sentía era ansia, ansia por el cambio, ansia por hacer algo, ansia por ser quién era. Cada vez que se miraba al espejo se sentía cada vez con más ansia por cambiar,por conseguir su objetivo.
Y es que no sabía cuándo, donde ni por qué pero en algún punto había dejado de ser quién era realmente para ser quién los demás creían que era. Dejando de hacer cosas que le apasionaban solo por qué una persona ni creía que fuese lo suficiente bueno para hacerlo. Abandonándose en un lugar frío y oscuro dentro de sí mismo para no volver a fallar. Creando nuevas facetas para alargar el alcance de la aceptación. Construyendo, sin saberlo, cimientos más y más sólidos llenos de ansiedad.
No había noche que no soñaste en que por fin conseguía encajar, que por fin había logrado ser alguien en un mundo lleno de infinidad de alguien. Ese sueño en el que aunque no sentía que actuará, lo hacía; siendo el títere de su propia ansiedad y desesperación por encajar por fin en algún lugar fuera de la forma que fuese, siendo controlado por las cuerdas invisibles que le rodeaban la garganta y apretaban sus finos hilos cada vez que la realidad trataba de salir a la luz. Y pese a todo, nunca era una pesadilla, porque encajaba, porque ya tenía su sitio en el mundo, porque después de tanto esfuerzo lo tenía. Lo tenía.
Tenía un luga por ganado falsamente que le brindaba soporte y alivio, ya que de una vez por todas podía respirar. Ya había asumido su papel y los hilos de la ansiedad y la desesperación habían aflojado su agarre, dejándolo agarrado pero libre. Como un animalito dentro de una cerca, pudiéndose mover libremente por siempre controlado y encarcelado.
Ese sueño era regular y monótono pero cada mañana al despertar sonreía al pensar en la posibilidad de que se llegará a hacer realidad, encontrando a su personaje perfecto para una función eterna controlada y dirigida siempre por la ansiedad. Por el miedo. Por la oscuridad.
.Y así, sonriendo, salía a la calle para volver a sentir esa angustia interna, esa ansia de que llegara ese día de una vez. Y que no tuviera que preocuparse por nada más que no fuera actuar automáticamente según su papel. Que ya no importaba nada más que mantener el puesto, sin romper el títere y sin cortar las cuerdas.
Al principio le asustaba, estaba horrorizado por eso. Por no encajar siendo como era, por ser un error, un desastre. Por ser algo que jamás debería haber existido. Ahí, ahí fue cuando comenzó todo, ahora lo recordaba. Cuando alguien en quien confiaba y apreciaba más que nadie le dijo con el menor tacto posible que era un desastre, un error y que siendo así nunca sería suficiente.
Ahora lo sabia, sabía el motivo de por qué era así. Bueno, lo recordaba, mejor dicho. Acababa de encontrar el núcleo de todo y volvió a sentirlo. Los hilos apretando su garganta, estaba seguro de que si seguían así podrían cortarle la piel. La ansiedad le tenía bien agarrado y por mucho que supiera de donde había nacido ya era demasiado tarde para hacer nada.
Ahora era un títere que sabía de donde habían cogido su madera y todo lo que sentía era Ansia.
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Sentir
General FictionRelatos cortos y largos donde me dejó llevar y escribo lo que se me ocurre