Corrieron agarrados de sus manos, huyendo de todo lo que conocían hasta ahora. Sentían miedo pero aún así no pararon, no querían quedarse más tiempo allí, no podían.
Corrieron, corrieron y siguieron corriendo hasta que sentían que las piernas iban a dejar de funcionarles. Y aún asi, aunque pararon de correr, no se soltaron. Sus manos seguían unidas y no tenían el pensamiento de soltarlas en ningún momento.
Ese era su hogar, la unión de sus cansadas manos, daba igual lo que pasara si estaban agarrados. Lo habían dejado todo atrás menos, todo lo que conocían, todo lo que pensaban que estaba bien, todo lo que querían y alguna vez habían tenido.
Sus hogares, que era la misma casa en una calle cualquiera del pueblo costero en el que se habían criado, sus amigos los cuales no podían se llamados de esa forma, sus familiares, las mismas personas que habían ocasionando su decisión tan desesperada.
Todo eso y más dejaron cuando echaron a correr en la madrugada de un viernes, con sólo unas mochilas, con solo sus corazones, llevándose con ellos los recuerdos que deseaban borrar y 4 botellas de refresco.
Simplemente corrieron...
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Sentir
General FictionRelatos cortos y largos donde me dejó llevar y escribo lo que se me ocurre