Capítulo 30

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Caminé hacia mi lugar de destino y a pesar de estar rodeada de luces brillantes y edificios imponentes, una sensación de tristeza me invadía al estar aquí.

A medida que avanzaba por las calles, sentía los ojos de la gente clavados en mí, juzgándome por las decisiones que había tomado. Me sentía vulnerable y expuesta, odiaba ese sentimiento.

Pero ahora estaba aquí y solo tenía una cosa en mente.

A pesar de mis esfuerzos por concentrarme en mi trabajo, los días se me hacían interminables y el sentimiento de soledad iba en aumento.

Y aunque intentaba refugiarme en mi trabajo para distraerme, recordaba el porqué había hecho todo esto.

Las llamadas de Zack eran cada vez menos frecuentes cada día, hasta que finalmente dejaron de llegar.

Aunque llevaba una carga emocional sobre mí, aún seguía atenta a las personas que quería y por eso ahora estaba aquí, de nuevo.

Entré al hospital con el corazón en la garganta, esperando que mi madre estuviera bien.

Cooper esperaba pacientemente dentro del auto en el estacionamiento, mientras yo venía a visitarla.

Al entrar a su habitación, me sentí impotente, incapaz de hacer algo para ayudarla. Solo podía estar ahí para ella y esperar a lo que sucediera.

Sabía que había casos de personas que habían salido del coma y recuperado su vida.

Así que, con lágrimas en los ojos, me prometí a mí misma que no perdería la fe de ver otra vez a mi mamá despierta y con una sonrisa en su cara.

—Te prometí visitarte, y aquí estoy ahora. Si estuvieras despierta, te daría un infarto al saber que ya no vivo aquí. Y de verdad necesito uno de tus consejos ahora.


—Summer, que alegría verte otra vez. Creí que ahora vivías en otro lugar.

—Es temporal, creo. Pero siempre vendré a acompañar a mi madre.

El doctor asintió y se retiró de la habitación, dejando los papeles que tenía que llenar, sobre la mesa.

Cuando salí del hospital, el frío viento hizo qué sintiera un escalofrío y me apresure para llegar hasta el auto, donde Cooper estaba solo escuchando música mientras me esperaba.

—¿Cómo está? —preguntó Cooper con preocupación en su voz mientras me miraba.

—Antes de slair, los médicos dijeron que ha habido pequeños avances. Aunque no puedo evitar sentirme impotente, no sé qué más hacer por ella.

Él me rodeo con sus brazos y sentí calidez en ese abrazo, su aroma ahora me era familiar cada vez que lo tenía cerca y lo sentía como un apoyo para mí en estos momentos.

—Lo sé, Summer, te entiendo. Es difícil ver a alguien que amamos en esta situación. Pero recuerda que no estás sola en esto, estaré aquí a tu lado todas las veces que me necesites.

—Gracias, de verdad, gracias.

Después de eso, pasaron pocos días, y mi rutina se volvió visitar a mi madre en el hospital, trabajar en el proyecto de sonido para el grupo y compartir momentos con Cooper.

Zack no estaba enterado de mi presencia en la ciudad y me dije a mi misma que era mucho mejor así, sería más fácil.

Un día, Cooper y yo decidimos tomarnos un descanso de la tensión del hospital y fuimos a un pequeño restaurante cercano al hotel en dónde me quedaba. Nos sentamos en una mesa tranquila y pedimos nuestras comidas.

(NO) Podrás Amarme © [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora