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"¿Valen?" Agustín vio como el extraño volteaba su cabeza, sus mejillas se sonrojaron.
"No me llames así. Es Valentín para vos". espetó Valentín, abrazando sus rodillas contra su pecho. Su cola se azotó con violencia contra el sofá.
"Pero, ¿cómo te pasó esto?" Agustín se acercó lentamente al humano con orejas de gato. Valentín miró hacia arriba y 'siseó', lo que sonó raro, ya que ahora era humano con cuerdas vocales humanas.
Agustín se rió, "¡Qué lindo!" incluso si el hombre le estaba mintiendo y era realmente un extraño extraño que sabía demasiado sobre su vida, seguía siendo adorable.
Valentín lo fulminó con la mirada, "¡No es lindo, tonto! ¡Déjame en paz!"
El santafesino lo miró, su rostro repentinamente serio. Sacudió la cabeza, no habia forma de que ese fuese su gatito "No sé como ayudarte, pero de verdad creo que deberías irte y decirme donde esta mi Valen."
El ex-gato lo fulminó con la mirada: "Bien, mierda, me voy a ir, ¡es mejor estar en la calle que con gente que no me quiere! La odio a ella, odio al peotudo de pelo plateado que me abandonó, odio a Luka y sobre todo, ¡te odio a vos!" Valentín se puso de pie, pero tropezó, todavía no estaba acostumbrado a sus piernas.
"¿Cómo sabes tanto sobre mí y de mi vida? No sos un acosador, ¿verdad?"
Valentín usó el mostrador para sostenerse, "La puta madre, piernas de mierda ¿De verdad sos tan boludo? ¡Soy Valentín! Anoche pedí deseo estúpido, obviamente sin pensar que se iba a cumplir, pero acá estoy. Se que querías que me fuera, total te importa más tu novia que el gato que estuvo con vos cuando ella te hizo llorar!" el pelirrojo se tambaleó hacia la puerta, finalmente consiguió dominar sus piernas y giró la cerradura. Abrió la puerta, pero Agustín la cerró de un empujón.
"¿De verdad sos vos? Pero... sos un gato, ¿cómo es que paso...?" sus ojos esmeralda estaban llenos de confusión.
"Pensé que lo había explicado..." gruñó Valentín, "¡pedí un deseo y me desperté así! Ahora salí así me voy de una vez"
"¡No te vas a ir!"
Valentín gruñó, "¡Ayer no decías lo mismo!"
Agustín lo miró apenado y lleno de culpa, "Perdón... yo solo estoy-"
