Valentín tembló violentamente, la sangre goteaba por su barbilla como una cascada. Agustín lo miró preocupado mientras Valentín tosía de nuevo y más sangre salpicaba la manta y el cuenco que Agustín le había traído.
Otra vez, la pared, sentirse en el medio, al borde del precipicio, la pesadilla de todas las noches atormentando una vez más y despertando con un ataque de tos, esta vez más fuerte, como si sus ataques de tos vespertinos fuesen a ser cada vez más intensos y dolorosos a medida que avanzaba la enfermedad.
"¿V-Valen?" los ojitos verdes del santafesino lo observaron con preocupación
El menor levantó la vista, "Ducha.. por favor." reacio a dejar su sitio en la cama al lado de Valentín, caminó para ir a abrir el agua, cosa de que se vaya calentando.. Regresó un minuto después y sacó el cuenco y la manta y llevó a Valentín al baño. Sus orejas estaban aplastadas contra su cabeza y su cola estaba bien envuelta entre sus piernas.
Agustín lo desnudó y lo puso bajo el chorro de agua, antes de desnudarse y ponerse a su lado, "¿Vas a poder pararte derecho?"
Valentín asintió y simplemente cerró los ojos, dejando que el agua lavara la sangre. Agustín suspiró y tomó la la esponja y el jabón en sus manos y la frotó lentamente en pequeños círculos sobre la mandíbula y el rostro de Valentín, asegurándose de que todo se lavara. Una vez que no quedaron rastras de aquel liquido rojo en su rostro y cuello, colocó suaves besos en su mejilla y nariz.
Después de unos minutos más, una vez que Valentín estuvo limpio, Agustín cerró el agua y envolvió una toalla alrededor de los hombros de Valentín y lo levantó de la ducha, llevándolo al dormitorio. Lo acostó y besó su frente, "Dormí un poco más, está bien. Voy a estar acá".
No opuso resistencia mientras dejaba que sus ojos se cerraran. Valentín despertó, completamente descansado, mucho tiempo después, cerca del mediodía. Miró a su alrededor, confundido, todavía desnudo y vistiendo solo una toalla de la ducha. Gimió ante la sensación cálida y confusa que lo había invadido. Sintió calor y al mismo tiempo frío. Definitivamente no era el calor que emanaba el cuerpo del mayor, porque Giay no estaba ahí, la cama estaba totalmente vacía a excepción de el mismo y las sabanas y mantas sobre el colchón.
Valentín envolvió la toalla alrededor de su cintura. y se dirigió a la sala de estar. Hacia frio, pero aún así, se sentía bastante acalorado. Quizás era fiebre... o capaz solo era su imaginación y era un simple día cálido en invierno. Sea como sea, no lo pensó mucho y prefirió salir en búsqueda del mayor solo con la toalla. Se sentía a gusto así y tenia la sensación que, si se colocaba algun tipo de abrigo, se sentiría acalorado.
Cuando llegó a la sala de estar, vio que Agustín estaba haciendo algo para el almuerzo.
"¡Buenas tardes, Valen!" Agustín sonrió con cautela, "¿Cómo te sentís?"
"Mejor. Tengo hambre". Entró en la cocina, todavía solo con la toalla. Su cola giró y se sentó. Sin embargo, sus mejillas estaban teñidas de rojo y el sentimiento cálido solo creció cuando Agustín habló.
"¿Querías que te ayude a vestirte?" preguntó Agustín, volteando la pechuga de pollo en la sartén.
Valentín se sonrojó aún más y sacudió la cabeza, "No... estoy bien..." ¿Por qué se sentía tan raro?
"¿Seguro? Puedo bajar un poquito el fuego y te ayudo a cambiarte" insistió, de forma amable.
El pelirrojo movió su cabeza de lado a lado, negando con suavidad.
"Ah.. bueno. De todas formas, el almuerzo ya casi esta listo" Un par de minutos después, sacó el pollo de la sartén y lo cortó en tiras finas y lo echó en otra cosa que Valentín no logro identificar
Agustín luego colocó un tazón frente a Valentín. Lo miró y miró al santafesino.
"¿Qué es?"
"Sopa de fideos con pollo... se supone que es buena para los enfermos..." dijo con tristeza. Valentín sintió un nudo en su corazón, triste porque no había nada que pudiera hacer para mejorar. Odiaba dejar atrás a Agustín... iba a abandonarlo, a dejarlo solo. Ya no podría sentir sus abrazos, pero él tampoco podría dárselos. Ya no iba a estar ahí para él cuando este triste, ni recibir sus mimos. Era consiente que, muchas veces, pese a que el castaño estaba mal anímicamente sacaba fuerzas y sonreía solo para él, para tranquilizarlo de alguna forma. Agustín nunca se lo había dicho, pero sabia que era su razón para seguir adelante pese a los problemas o la angustia que sentía ante ciertas situaciones.
Valentín no dijo nada mientras se llevaba la cuchara a los labios y sorbía lentamente la sopa. Se le había cerrado el estomago ante aquellos pensamientos, pero hizo un esfuerzo para tomar toda la sopa de pollo. Cuando el plato hondo quedó completamente vacío, fue recompensado con un beso, lo que lo hizo sonrojarse oscuramente.
Agustín lavó los platos y envolvió sus brazos alrededor de los hombros de Valentín, "¿Qué querés hacer hoy?" Valentín pensó en una cosa, pero la sacudió, su rostro calentándose como el resto de su cuerpo.
"¿No tenías trabajo?" preguntó, un poco más entrecortado de lo que le hubiera gustado, pero quería estar más cerca de Agustín... sentir sus brazos envueltos con fuerza alrededor de él...
"Explique que un familiar que vive conmigo esta enfermo y me dejaron tomarme el día". Agustín besó la mejilla de Valentín, "Entonces, ¿qué querés hacer?"
Valentín se sonrojó y se movió en el asiento para encarar a Agustín. Captó el olor del hombre y gimió suavemente, acariciando su rostro contra él. Sus brazos se deslizaron alrededor de la cintura del chico y presionó su cuerpo contra el del mayor, frotándose contra él ligeramente. No podía describir lo maravilloso que se sentía al abrazar a Agustín así y marcarlo con su olor, "Quiero aparearme". susurró, presionando su cara contra el cuello de Agustín, frotándose la cara allí también. Quería cubrir a Agustín con su olor y que todos los demás supieran a quién pertenecía.
ESTÁS LEYENDO
𝐆𝐀𝐓𝐈𝐓𝐎 - ❪ gialen ❫
Fanfic𝐆 ┇Donde Agustín se siente solo luego de mudarse a una nueva ciudad, o donde su amigo le regala un gatito anaranjado un tanto gruñon ► Adaptación.