Cuando cayó la noche, Valentín trató de hacer las paces con su dueño y restregó su pequeña nariz rosada contra la mejilla del castaño. Agustín pareció perdonar a su gatito rápidamente y lo abrazó. Valentín gruñó por estar sostenido en los brazos del chico y finalmente logró liberarse.
Todavía había algo que tenía que hacer. Abrió la puerta del dormitorio de Agustín y se coló en la sala de estar. El gato se dirigió a la ventana y miró por encima de las horribles cortinas de colores. Sus garras picaban con ansiedad por clavarse en la tela y romperla, hasta dejarla reducida a tiritas. Se humedeció los labios y comenzó a rasgar las cortinas.
No lo hacía por diversión, ni lo hacía porque quisiera afilar sus garras. No, sus garras ya estaban lo suficientemente afiladas. Estaba haciendo esto para fastidiar a la chica de cabello rubio. Esa mujer no se saldría con la suya insultándolo y haciendo que su dueño se enoje con él.
Sus garras se hundieron en la tela y se deshizo fácilmente debajo de ellas, como mantequilla bajo un cuchillo caliente. Valentín ronroneó felizmente, rasgando las cortinas, destrozando los bordes hasta que solo quedaron reducido a hilos. Cuando terminó, el gato se recostó y limpió sus garras, mirando feliz su trabajo. Fue una vista hermosa.
Valentín regresó al dormitorio, cerró la puerta y saltó sobre la cama. Soñó con cosas felices esa noche.
Caminó con Agustín a la cocina y felizmente se sentó en su cama mientras el moreno se preparaba un poco de café. Valentín quería ver la mirada en el rostro del chico cuando note las cortinas. Quería que supiera que no le gustaba su novia. Que no solo estaba siendo él mismo, que entendiera que no le caia bien la chica.
Giay tomó un sorbo del mate que acababa de cebar y abrió los ojos con espanto al ver las cortinas, haciendo que casi escupa todo el agua del mate, "¡Valen! ¿Qué hiciste?" Dejó el matecito y se acercó para tocar las cortinas hechas trizas. Valentín levantó la cabeza en el aire y caminó debajo del sofá.
El chico suspiró e ignoró el desorden, "Le dije que no necesitaba cortinas nuevas, pero ahora cuando venga se va a enojar de todas formas..."
Efectivamente, la mujer estaba más que enojada al ver las cortinas rotas. Una cosa era cuando Agustín dejó sus cortinas destrozadas, pero estas le pertenecían a ella.
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𝐆𝐀𝐓𝐈𝐓𝐎 - ❪ gialen ❫
Fanfic𝐆 ┇Donde Agustín se siente solo luego de mudarse a una nueva ciudad, o donde su amigo le regala un gatito anaranjado un tanto gruñon ► Adaptación.