CAPITULO 26 TE VAS A CASAR

1.2K 76 2
                                    


EVANGELINA

Me encuentro tirada en mi cama, hace una semana que no veo a Agust, justo dejó de venir después de aquella dichosa fiesta. No puedo negar que lo he echado de menos. Mi cuerpo tiene una adicción a sus besos, sus toques salvajes, sus caricias cargadas de deseo, la manera salvaje que toma todo de mí. Tengo miedo, había matado este sentimiento que está creciendo dentro. Cada vez que me entregaba por completo a un hombre, salían corriendo por mi manera poco convencional de querer follar todo el tiempo, de que me tomen con todas las fuerzas y que me dominen a la hora de hacerlo.

Cada vez que mostraba mi verdadera esencia solían dejarme diciendo: ¨Eres mucho para mi¨ ¨Eres una loca adicta el sexo¨ ¨Acabas con cualquier hombre¨ ¨Eres una zorra¨ ¨¿Quién puede pensar una vida contigo, si solo eres una máquina de dar placer?¨ ¨No sé si quiero vivir en tu infierno y tus adicciones¨ cada una de esas palabras, cada rechazo, hizo que solo quisiera follarme medio mundo y quizás el mundo completo y no sentir amor. Por eso salí huyendo cuando Mark quiso pedir algo más.

Yo no puedo dar amor, solo puedo dar placer y en exceso, soy una maldita adicta, pero no me pesa, aun cuando me da temor mostrar al mundo lo que soy, porque son mis demonios los que siempre han estado conmigo y nunca me han abandonado. Mis padres siempre me dicen que me controlo, que busque ayuda, que no soy normal, que tener esta maldita adicción va acabar con mi vida, que nadie se va a fijar en mí, que por eso cada persona que intenta estar en mi vida me deja. Pero luego apareció él, con su manera salvaje de tomarme, con su posesividad cada vez que un hombre se acerca, la manera en que me hace sentir protegida. Con él puedo ser lo que en realidad soy, con el no hay mascaras ni nada que esconder, con él me siento libre. Él es mi cielo y mi infierno favorito.

Unos golpes en la puerta, me sacaron de aquellos melancólicos pensamientos, no sé en qué momento las lágrimas se me escaparon. Me levanté de la cama, me limpié con el dorso de la mana las lagrimas y caminé hacia la puerta.

-¿Quién ese? – Pregunté antes de abrir.

-Soy el chofer del Sr. Li, me han enviado a buscarla, su padre la está esperando para almorzar.

Al escuchar que nombren a mi padre, se me tensaron los músculos, mi cuerpo se puso rígido, mis manos comenzaron a sudar. No sabía por qué, pero me daba terror tener a mi padre cerca, desde que tengo uso de razón siempre ha sido así.

-¿Cuál es el motivo? – Pregunté obligándome a hablar.

-No lo sé, solo sigo órdenes.

Tomé aire. Tenía que calmarme, no podía evadir a mi padre todo el tiempo, además era bastante terco para rechazar una invitación almorzar.

-Me doy una ducha, me alisto y salgo. ¡Espéreme abajo en el auto!

Fue lo último que dije antes de caminar hacia mi habitación, desnudarme y entrar a la ducha, tenía que calmarme, no podía dejar que los nervios se apoderaran de mi – Solo es un almuerzo – Me dije – Ya aceptó que regresaras a la casa, te va a poner al mando de todo, solo quiere verte – Me repetía, pero esta sensación extraña no se me quitaba del cuerpo.

Después de un rato en la ducha, decidí salir, me cubrí con la bata de baño y salí a ver que me colocaba. No queria que mi padre me regañara, así que decidí vestirme ¨decente¨ como el suele decirme. Opte por una blusa de tiras negr*s con corte en V, era algo holgada, un pantalón de rayas color negr*s y tonos cafés holgado que me llegaba un poco más arriba de los tobillos, unos tacones negr*s para que hiciera juego con el conjunto, un bolso del mismo color de cuero.

Tomé mis cosas, tomé un poco de aire y me dispuse a salir. Será algo rápido, no tengo nada de que temer. Bajé, efectivamente el chofer me estaba esperando, me abrió la puerta del auto y me subí. Todo el camino miré por la ventana, de vez en cuando le daba una corta mirada a mi móvil, esperando un mensaje de...

DIARIO DE UNA NINFOMANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora