Novio de Alquiler.《 Hanknow 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿ

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Jisung había creído que Minho quería que durmieran abrazados.

Pero mientras le devolvía el beso a Minho, echado bajo él, en medio de la oscuridad de su habitación, estaba dudando de cuáles fueron las intenciones de su novio.

— Minhonie... —susurró separándose.

Minho lo miró como un cachorro perdido, como un niño abandonado.

— Por favor, Jisung... —pidió en voz baja—. Te lo ruego. Hazme el amor.

Jisung quería negarse, quería decirle que no, porque sabía que el motivo de Minho en su petición era para olvidarse momentáneamente de lo que le estaba pasando a su hermana. Era para huir de la realidad unos minutos.

Sin embargo, los labios de Minho se apoderaron de su boca una vez más y todo pensamiento racional desapareció de su mente.

Sus manos se deslizaron por la cintura del muchacho, desnudándolo con lentitud, respirando aceleradamente, y sus labios comenzaron a bajar, apoderándose de su cuello, de sus pezones, de la piel en su cadera. Minho gemía en voz baja con los ojos cerrados, acariciándole el cabello a Jisung mientras este le quitaba los pantalones, desnudándolo de a poco, y volvió a su boca para callarlo una vez completada la misión.

Jisung prosiguió a quitarse la ropa, quedando desnudo unos segundos después, para luego ubicarse entre las piernas abiertas de Minho.

— Eres precioso —le murmuró Jisung.

Minho nunca había sido un chico egocéntrico, siempre había creído que no tenía gracia alguna, sin embargo, cuando Jisung le dijo aquellas palabras, le creyó por unos segundos. Se sentía precioso bajo la atenta mirada del rubio.

Le murmuró entrecortadamente dónde estaba el lubricante y Jisung se estiró hacia su cajón, abriéndolo y sacando de allí la pequeña botellita y un condón. El mayor lo observó con una ceja ligeramente enarcada.

— ¿Ya preparado para esto? —se burló de él—. ¿Tanto lo estabas esperando?

Quería responderle, sin embargo, no pudo hacerlo cuando Jisung lo comenzó a preparar con sus dedos y el pegajoso líquido, volviéndolo una bola de gemidos.

No duró mucho, por supuesto. Jisung, al verlo en ese estado, no era capaz de resistir demasiado, observando el rostro colorado del menor, los labios entreabiertos y sus ojos húmedos por las lágrimas. Cuando creyó que era suficiente, se puso el condón y besó a Minho en la boca para deslizarse en su interior con lentitud, sintiendo las cálidas paredes de su chico rodeándolo como si nada.

Minho era perfecto. Era increíble. Era solo para él.

El muchacho no tardó en comenzar a mover sus caderas y Jisung se decidió a embestirlo sin separarse de su boca, tomándose una mano para darle un apretón.

Pronto la habitación volvió a llenarse de gemidos, jadeos soltados por los dos, la temperatura subiendo, y cuando Jisung golpeó en ese punto que lo volvía loco, Minho gritó el nombre de su novio.

Eso fue suficiente como para que Jisung acelerara las embestidas, queriendo llegar pronto al orgasmo, correrse dentro de Minho (aunque estuviera usando el condón, quería hacerlo estando en el interior de él).

Lo logró unos segundos después, cuando acariciaba el miembro de Minho y el chico se corrió en su mano con un gemido sonoro.

— Te quiero —susurró Minho mirándolo a los ojos.

Jisung lo besó cuando sintió corrientes eléctricas en su vientre, avisándole que iba a llegar al orgasmo, cosa que ocurrió inmediatamente después.

Jadeó contra la boca de Minho, dándole un apretón en la mano.

Yo también te quiero, quiso decirle, pero las palabras murieron en su boca, quedando atoradas en su garganta.

En cambio, solo le besó la frente a Minho, acariciándole el cabello mientras se recostaba a su lado, atrayéndolo a su pecho.

— Mañana iremos a ver a tu hermana juntos —le dijo en voz baja.

Minho asintió, abrazándolo por la cintura, sin decir algo más.

Pues sentía que, si abría su boca, rompería a llorar al no oír un te quiero de parte de Jisung.