Han Jisung odia las cosas del amor, y sobre todo, los novios. Su madre desea que tenga una pareja para que así sea feliz y deje de ser tan amargado, así que decide "alquilar" a un chico con una preciosa sonrisa, Lee Minho, para que sea el novio de s...
— Por supuesto que estoy bien —el libro que Jeongin estaba metiendo en el librero de la biblioteca golpeó la pared debido a la fuerza que había usado el chico—. ¿Por qué no estaría bien?
— Porque Hyun–
— ¿Por qué terminé con esa rata de alcantarilla que al parecer se estaba acostando con ese rarito de mierda? —Jeongin lo miró con una sonrisa tensa—. Hyunjin no me merece, soy demasiado para ese imbécil, así que yo terminé con él.
Minho se quedó en silencio un momento, observando el rostro ojeroso de su amigo, para luego mirar hacia atrás, viendo llegar a Jisung.
Jisung le hizo un gesto extraño que no pudo entender bien.
El chico de cabello rosado se detuvo y sus labios temblaron. Minho dio un paso, dispuesto a sostenerlo cuando se derrumbara.
Sin embargo, Jeongin se limitó a frotar sus ojos furiosamente.
— Hyunjin no merece mis lágrimas —se limitó a decir.
Minho y Jisung se miraron de forma cómplice.
— Está bien que llores, Innie —señaló Minho.
— Lloraría si supiera que el término le dolió tanto a Hyunjin como a mí —dijo Jeongin—. Pero lo veo muy bien hablando con su novio.
Los dos chicos se giraron hacia la dirección en la que Jeongin apuntaba, viendo a Hyunjin sentado detrás de una mesa, con Seungmin a su lado, hablando en voz baja, ajenos al resto.
— Jisung, agárrame la camisa —el rubio rodó los ojos ante la petición de Minho, pero obedeció—. ¡SUÉLTAME QUE YO LOS MATO!
Su grito resonó en toda la silenciosa biblioteca, llamando la atención.
Hyunjin levantó la vista, palideciendo, en tanto Seungmin se ruborizaba.
— ¡¿ME OYEN, MALDITOS TRAIDORES?! —siguió gritando Minho mientras Jisung fingía sostenerlo para detener sus pasos—. ¡SON UNOS SUCIOS, SON LOS PEORES AMIGOS DEL MUNDO, PUEDEN IRSE AL DIABLO AHORA MISMO! —Jisung lo soltó en el momento en que dos guardias llegaron, agarrando a Minho de los brazos para sacarlo—. ¡CUANDO LOS VUELVA A VER LES CORTARÉ EL PENE A LOS DOS, ¿LO TIENEN CLARO?!
Los tres amigos fueron expulsados de la biblioteca gracias a eso, por supuesto.
Jisung suspiró mientras caminaban por los pasillos, con un silencioso Jeongin a su lado mientras Minho seguía despotricando.
— ¿Piensas hablar con Hyunjin más adelante? —preguntó Jisung frunciendo el ceño.
— No lo sé —Jeongin se encogió de hombros—. Si Lino te mintiera, ¿querrías volver a hablar con él?
Minho se quedó en silencio de pronto.
— Depende de qué tipo de mentira estamos hablando —respondió Jisung con su estómago revuelto.
— Oh, claro —Jeongin mordió su labio inferior—. Pero ¿si para ti fuera algo imperdonable?
¿Cómo que me ocultara cosas de su familia? ¿Cómo que no me diga de dónde salió realmente? ¿Qué no me diga quién es?
— Yo te perdonaría todo, Jisung —dijo de pronto Minho con la voz temblando.
Jisung lo miró, deteniendo su caminata.
— Por supuesto que yo igual lo haría, Minhonie —respondió Jisung con voz grave—, pero que te perdone no significa que las cosas sigan iguales.
Minho enmudeció y hubo un pequeño silencio.
— ¿Por qué hablan como si fueran a terminar? —regañó Jeongin tratando de que el aire tenso desapareciera—. Vamos, estoy desanimado y quiero comer como el zorrito bonito que soy.
Jisung rodó los ojos otra vez, volviendo a caminar.
— Vamos, zorrito comelón, los invito a comer una pizza —dijo Jisung.
En lo único que podía pensar Minho era en pedir perdón.
Pero las palabras no salieron nunca de su boca.
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