Capítulo 5 "Pijamada Madre e hija"

135 14 7
                                    

Luces...
Cámara...
Acción...

—¿A dónde iras, Mami?

Los ojos de Cecilia se cristalizaron al ver a Lottie. Con el dorso de su mano limpio cualquier lágrima que podría brotar y se forzó a sonreír.

—Negocios... Ah, volveré en la noche.

Salió de ahí corriendo dejando a su hija con una expresión llena de preocupación.

Había pasado una semana desde que el campamento pasó y ahora la familia Heinrich volvió a la rutina diaria: Cecilia con sus compañías, Roderick a manejar su trabajo pero algo había cambiado en ambos, no descuidaban a Lottie.

Lottie ya no tenía la mentalidad de una niña, era una mujer que había tenido una vida difícil junto a su madre, entendía muchas cosas y necesitaba aclararlas de buena manera con su madre.

La pequeña fue a la cocina y los empleados se tensaron por ello, no era agradable tener a la mini copia de Cecilia frente a ellos, era una niña grosera y mimada que los maltrataba.

—¿Qué se le ofrece, Srta. Heinrich? —preguntó directamente el chef.

—Quisiera desayunar con todos aquí.

Eso solo tenzó aún más el ambiente de las personas de ahí. Ninguna quería comer con la niña porque siendo honestos el trato de la pequeña ha sido demasiado horrible y eso era molesto.

—Lo lamento pero no.

—Pero yo...

—La Sra. Heinrich tiene reglas y nosotros sólo debemos seguirlas.

La niña resignada asiente.

Fue a la mesa del comedor a esperar por la comida. No había notado antes lo grande y solitaria que era la mansión Heinrich. Una niña puede tener la creatividad de hacer esto más divertido pero ahora a Lottie no se le ocurre nada.

Esperó su comida y una gran hilera de empleados llegó con platos delicioso platos de comida: Panecillos, waffles, jugo de naranja recién exprimido, frutas exportadas desde una hacienda que heredó Cecilia de su amada abuela.

—Es mucha comida.

La imagen de la madre de Camila vino a su memoria y su vida en Venezuela, ellas solo podrían soñar con algo tan abundante y delicioso como esto.

—No tuve suerte con propinas pero al menos no moriremos de hambre.

De niña Camila agradecía todo lo que estaba en la mesa y junto a su madre oraba por un mejor día. Su infancia fue de decadencia y dolor, pero jamás de falta de amor, estaba agradecida por eso.

Al ver el arroz con huevo una sonrisa creció en sus labios.

—Mami está es comida de Reina, ¡Muchas gracias!

Deboro todo lo que había en el plato estaba delicioso y más porque se trataba de algo preparado por su madre.





Lottie sonrió al ver él huevo y el tocino.

—Me lo comeré todo.

Escucha pasos y voltea al ver a una mujer conservada, rubia y de idénticos color de ojos a los de su padre, sonrió.

—Abuela.

Corrió a ella y la abrazó, la mujer la cargó en sus bravos y besó sus mejillas.

En esta vida, seré una buena hija, Mamá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora