Camila es una actriz que ama leer novelas y actuarlas, su madre la amó tanto que sacrificó mucho de si misma para que ella triunfara, lo que no esperaba era que su sacrificio la llevaría a la muerte, Camila no pudo más por su culpa y decidió ya no c...
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—No quiero sopa. —Hizo una mueca, Lottie.
—Debe comer, Srta. Heinrich.—Sermoneó la niñera.
Ya pasaron varios días desde que la recuperación de Charlotte comenzó. Sus padres decidieron traer el trabajo a casa, pasaban las mañanas organizando todo para tener el resto del día para su hija. Tenían horarios para contestar llamadas pero debían ser respetados para estar con su pequeña hija.
—Es de brócoli,—hizo una mueca de asco al ver la sopa, Lottie—y no tiene pollito.
—Es más saludable, debe comerlo para estar alimentada.
—No quiero.
Pasos hicieron que Lottie se levantara y fuera hasta donde provenían. Cecilia venía con el teléfono en mano y sonrió al ver a su adorable hija.
—Si, bien, estonces nos vemos hoy en la merienda con el Sr. Strong.
—¡Mami! —Corrió hasta ella, Cecilia la tomó en sus brazos y besó su frente.—Desperté y no estabas conmigo,—Hizo un tierno puchero.
—Lo siento, pero sabes que papá y yo tenemos que trabajar temprano para dedicarte más cuidado después.
—No es lo mismo sin ti, mami.
Cecilia besó su frente tomando por sorpresa a Lottie como a la Nana. El rostro de Cecilia se vía tranquilo y mucho más feliz con su hija.
Tendría la mañana un poco más complicada ya que debía ir a una reunión con William Strong así que debía hablar con su esposo para que Lottie no se pusiera triste sin ella ahí.
—Vamos a comer. —Al ver la mueca de Charlotte al ver el plato Cecilia niega—Mmm... no puedo creer que nos haya preparado esta... ah, delicia.
Charlotte la miró con atención.
—¿A ti te gusta mami? Pero es de brócoli.
En realidad Cecilia lo odiaba desde niña pero no podía dar un mal ejemplo a Lottie.
—¿Bro-brócoli? Mmm... exquisito.
La niñera estaba por carcajearse. Conocía a Cecilia y sabe cómo se las ingeniaba para desasearse de la comida que no le gustaba.
—Entonces toma. —Le pasó el plato de sopa a su madre. —Todo tuyo.
La niña pensaba irse pero la voz de su madre la detuvo:—¡Charlotte Heinrich Richardson!
—¿Si mami? —Hizo un tierno puchero y pestañó exageradamente para verse adorable.
