Luz...
Cámara...
Acción...En esa tarde de cita de juegos, Charlotte no tenía ni idea de que su madre la vigilaba desde el balcón de su habitación en el club. Usaba binoculares para ver qué hacía su hija. Había actuado raro estos últimos días y eso la tiene preocupada.
No había espiado jamás a su hija, pero ahora lo estaba haciendo. No sabe si el golpe que tuvo ese día provocó un daño irreparable en su personalidad. Teme que sea algo que está mal con su salud.
—¿Quiénes son esos niños que siguen a Charlotte, niñera? —Ambas mujeres observaban a la pequeña.
—Oh, creo que son hijos de los recién llegados de Corea del Sur, la familia Kim.
La sonrisa de Cecilia se ensanchó; su hija había conquistado a los hijos de uno de los grupos más poderosos de Corea, creadores de la última tecnología más funcional hasta ahora, tenían un alto poder económico y empresarial, comparable a los Heinrich.
—Se ven encantados con Charlotte.
La niñera asintió.
—La Srta. Heinrich sabe cómo ganar el cariño aún con su... fuerte personalidad.
Cecilia sonrió.
—Es idéntica a mí, siempre un paso delante de todos. —sonrió satisfecha—. Mi hija será mejor que yo, no sufrirá.
Esas palabras hicieron que el ambiente se volviera frío. La niñera miró con pena a Cecilia, la conocía desde que era una niña. No había sombra de la pequeña que conoció porque ahora solo veía una mujer con el corazón roto.
Cecilia tenía claro cómo eran las cosas. Ella no iba a permitir que ningún mal llegara a Charlotte. Cuando enfermó su corazón, cargó con un gran peso. No podría soportar la pérdida de su hija. La ama y no permitirá que nada la hiera. Antes, ella va a destrozar con sus propias manos todo aquello que quiera hacerle daño.
—Sra. Heinrich.
Cecilia se levantó y dejó su taza de té en la mesa.
—Cuídala. Solo te llamé para saber cómo está mi hija. Iré a trabajar.
La niñera suspiró. Esperaba que las cosas mejoraran para Charlotte y su madre. A pesar de que quería como una madre al Sr. Heinrich, y de haberlo cuidado desde que era un niño, ella misma notó el gran daño que le hizo a Cecilia y que ahora se está extendiendo a Lottie, una inocente niña sin idea de los problemas de los adultos, al menos, eso cree la niñera.
Mientras la niñera vigilaba a Charlotte desde una esquina, la pequeña rubia era vigilada por su padre. Roderick no era ese tipo de hombre. Era la primera vez que sentía tanta preocupación por no saber qué pasa con su hija, así que decidió espiarla detrás de un árbol.
—¿Qué haces ahí, Roderick? —Walter fue callado por su hermano, quien le cubrió la boca.—¡Umm!
Roderick lo soltó y miró con atención a su hija. Había visto cosas que no conocía o no había notado antes en Charlotte. Ahora admiraba mucho más a su hija, ya que es una gran persona.
—¿Por qué la vigilas? Ve con ella. —Sugirió Walter, pero su hermano se negó.
—Hace un momento vi... —Le contó lo que pasó hace un momento con Lottie.
La había seguido. Han pasado muchos años y Charlotte no es como cualquier niña con amigos. Siempre ha estado apartada. Él solo quiso ir a investigar qué era lo que estaba mal y ayudar a su hija.
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En esta vida, seré una buena hija, Mamá.
Storie d'amoreCamila es una actriz que ama leer novelas y actuarlas, su madre la amó tanto que sacrificó mucho de si misma para que ella triunfara, lo que no esperaba era que su sacrificio la llevaría a la muerte, Camila no pudo más por su culpa y decidió ya no c...