una segunda oportunidad para hacer las cosas bien ⋆⌇ 𝘺𝘰𝘳𝘪𝘪𝘴𝘶𝘮𝘪¡!

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☾ 𝐥𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞 ☽

Kokushibo recuerda muy bien la primera vez que se sintió inferior a su hermano menor, Yoriichi. En ese entonces, se había sentido curioso del porque era muy talentoso con el manejo de la katana, y quiso saber cual era el truco detrás de eso, detrás de las habilidades de su hermano, pero este le respondió algo tan irreal y sinceramente, absurdo.

"Ver a través del cuerpo de las personas", parecía algo sacado de un mal cuento de fantasía para niños, pero por la expresión siempre estoica de Yoriichi, por un momento se permitió creerle. Sin embargo, le creyó completamente cuando se entero de que su hermano siempre fue consiente de la enfermedad de su madre, él siempre vio en el interior de ella. Kokushibo entendió en ese entonces que Yoriichi no se aferraba al lado izquierdo del cuerpo de la mujer porque era un bebé consentido, era para ayudarla con su enfermedad y servir de apoyo.

Así que lo que decía Yoriichi era verdad. Él podía ver a través de los demás como si fuera algo tan normal, como si fuera natural que todos los hicieran, pero no fue así.

Ver a través de los cuerpos de las personas al parecer tenia muchas ventajas, algo de lo que en ese entonces no era digno de verlas.

A pesar de que en su tiempo como cazador de demonios se dedico a tratar de mejorar y comprender el mundo que veía Yoriichi, jamás pudo superarlo. Yoriichi ciertamente parecía la reencarnación de algún Dios o el "humano elegido" porque ninguna persona podía ser tan habilidosa como él.

Después de que se convirtió en demonio pudo perfeccionar sus técnicas y la mayor parte de los posteriores cuarenta años de su conversión, trató de lograr lo que hacia Yoriichi, trato de estar a su nivel. Él logró ver el mundo que veía Yoriichi, veía a través de las personas y eso era algo que, hacia tan natural, incluso cuando fue el ultimo encuentro con su hermano -siendo este ya un anciano de ochenta años-, pudo ver a través de él confirmando que se trataba de su hermano quien los años le habían pasado factura.

Pero el seguía siendo mejor que él, Yoriichi siempre sería mejor que él, pero quería negar todo eso. Después de todo, su hermano murió por vejez y aquello debía considerarse algo patético porque en cambio, él no podía morir, y eso lo hacía muchísimo mejor.

¿Cierto?

Cuando Yoriichi murió, pareciera que la forma original de respiración -la respiración solar- murió con él. Muzan-sama le había encargado durante tantos años que asesinara a todos los cazadores de demonios que supieran replicarla y él se había encargado de eso, porque era la única respiración que más podía causarle daño. Según él, no quedaba ninguna persona que supiera aquella técnica tan bendita y maldita a la vez, porque lo único que quedaba eran copias de la respiración de Yoriichi, más débiles.

"También la tuya es débil porque viene de ella", aquello siempre lo quiso olvidar.

De igual manera, con la respiración original en el olvido, la suya -la respiración lunar- era la más poderosa, por encima de las demás.

Pero...

Jamás espero que aquello apareciera frente a él, porque parecía algo tan imposible.

Esa fría noche, sus ojos captaron dos figuras tan imperceptibles.