una segunda oportunidad para hacer las cosas bien ⋆⌇ 𝘺𝘰𝘳𝘪𝘪𝘴𝘶𝘮𝘪¡!

eleven

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☼✧ 𝐥𝐚𝐬 𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 ✧☼

El día estaba soleado -demasiado, si se le permitía exagerar-, el sol parecía burlarse de él de manera cruel al posar desde lo más alto de cielo azul, sin ninguna nube de por medio que pudiera cubrirlo, aunque sea unos minutos para proporcionar un poco de sombra. No, el sol estaba tan alto estos últimos días que Sumiyoshi comenzaba a odiar poco a poco la idea del verano.

Cada vez que se quejaba de eso y Suyako estaba cerca, ella diría algo como:

"¡Pero si naciste en verano, eres uno con el sol!".

Bueno, Sumiyoshi podría refutar actualmente eso de miles de formas diferentes. Amaba el verano, principalmente porque era de esas personas a las que aún le hacía mucha ilusión el celebrar su cumpleaños, aquel día donde se le permitía sentirse especial solo porque ese mismo día abrió sus ojos por primera vez observando al mundo en que viviría hasta el resto de sus días. Nunca fue pesimista como las personas que se referían a sus cumpleaños como "un año más cerca de la muerte", no, para él era otro año estando con vida y aprendiendo cada día más.

Pero ese verano estaba siendo muy cruel con él, tanto que ya estaba ansiando el invierno.

¿A quién le importaba su cumpleaños? ¡Ya quería que se fuera el sol...!

Sin embargo, también era en verano la temporada donde nació su alfa, Yoriichi.

Yoriichi por su parte era de esas personas que no le daba importancia a su cumpleaños, pero tampoco tenía una concepción pesimista de él. Para el, era un día común y corriente, viviendo como siempre lo hacía.

El primer año juntos -cuando aún no habían establecido su relación-, Sumiyoshi se puso triste porque creía que el alfa no quería celebrarlo, siendo el tan cariñoso como siempre, quería darle las atenciones justas y necesarias que debía tener un cumpleañero.

Recordaba que Yoriichi solo le sonrió, acaricio su mejilla con los nudillos de manera sutil pero que fue suficiente para hacer que el corazón de Sumiyoshi latiera fuertemente, sus mejillas sonrojándose sin poder evitarlo.

-Estaré feliz con cualquier cosa que quieras hacer porque lo que sea que hagamos, tú lo planeaste pensando en mí y eso es más que suficiente. -El alfa había dicho, su sonrisa leve pero significativa dibujándose en sus labios.

Al inicio, fue algo realmente lindo. Sumiyoshi solo le sonrió, emocionado parloteando de todo lo que podrían hacer. Sin embargo, a los minutos se le borro la sonrisa, regañándolo de que era su día y que él debía escoger como celebrarlo.

Al final, solo basto ir al Festival de Inicio de Verano que realizaba el pueblo cada año, comer algunos dumplings* en uno de los varios puestos de comida que había y jugar prendiendo las ramitas que emanaban chispas de color amarillento.

Yoriichi era tan feliz con poco que Sumiyoshi sintió que el pequeño niño dentro del alfa, aquel que no había vivido su infancia de manera correcta, estaba feliz. Y eso fue suficiente para que Sumiyoshi se sintiera satisfecho.

Ese mismo verano, cuando fue el turno de Sumiyoshi se ser el festejado, Suyako comentó algo peculiar durante la cena.

-¿Saben? Me di cuenta de algo. -Suyako señalo con sus palillos a Sumiyoshi, quien curioso presto atención a su amiga. -Ustedes dos cumplen en la misma temporada.