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★彡

« 𝘀𝘂𝗺𝗶𝘆𝗼𝘀𝗵𝗶 »


✧ 𝐭𝐚𝐫𝐝𝐞 𝐝𝐞 𝐢𝐧𝐯𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨 ✧


La nieve era hermosa, pero a la vez podría ser horrible.

Ellos eran testigo de eso ahora mismo.

Estar caminando en invierno, subiendo una montaña tal vez no era la mejor decisión que podrían haber tomado, era estúpido si lo pensaba mejor. No tenían la suficiente ropa para estar bien abrigados, por lo que temía que pudiesen morir por las condiciones deplorables climáticas.

Pero no tenían opción, era esto o morir de una forma peor que por hipotermia.

-Sumi-san, estoy cansadaaaaaa. -Se quejó ella, su voz saliendo en un tono quejumbroso y malcriado.

-Lo siento, Suyako-chan. -Él se disculpó. -Prometo que llegaremos a algún lugar antes de la noche. ¿De acuerdo?

-No tenemos suficiente dinero para otro hostal, Sumi. -Expresó con preocupación. -¿Qué haremos?

-Yo...

Sumiyoshi miró atentamente a la chica omega, su expresión le hacía entender que realmente estaba cansada y que no era solo para molestarlo. Frunció sus labios con preocupación, entre más pasaba el tiempo la positividad estaba desapareciendo de su cuerpo, y la promesa que le hacía a la chica se estaba quebrando como un vaso recientemente roto.

Sus ojos bajaron de su rostro al cuerpo, encontrándose con un gran abdomen hinchado.

De nuevo, trato de controlarse.

Él tenía que hacer algo. Suyako estaba embarazada y era peligroso que siguieran caminando en un lugar lleno de nieve en ese frio invierno, haciéndola caminar montaña arriba mientras el aire frio le quemaba los pulmones a cada paso, ella ya estaba en su último mes de embarazo, lo único que tenía que hacer era descansar.

Suyako no debería estar esforzándose.

-Ya se me ocurrirá algo, Yako. -El apretó su mano tratando de reconfortarla. Le sonrió lo mejor que pudo y ella trató de devolvérsela a pesar de que ambos sabían que no era la mejor situación en la que podrían estar. -No les pasara nada. ¡Lo prometo!

Suyako asintió, sintiéndose un poco triste porque el castaño se estaba echando toda la carga que era ella en ese momento. No podía ser de gran apoyo ahora que estaba embarazada, cada día se sentía más cansada y pareciera que todo su cuerpo -y su bebé- le jugaba en contra.

-¡Encontraremos un buen lugar! -Animó Sumiyoshi. Una sonrisa resplandeciente se dibujó en sus labios. -Y comerás muchas cosas deliciosas. Ese bebé será el más afortunado.

Ambos frenaron sus pasos, sintiendo que era el momento de darse algunas palabras de apoyo en medio de la tormenta que eran sus vidas.

Sumiyoshi puso su mano en el vientre de Suyako, quien bajo su vista observando atenta como acariciaban su vientre lentamente y de una manera extremadamente delicada. Ella sonrió, su omega interior se sentía en paz por solo esa mínima muestra de cariño.

-Prometo que me esforzare en protegerlos. -Sumiyoshi la miró ahora a ella, a sus hermosos ojos grandes color azul eléctrico. Suyako sonrió con más ánimos, ambos importándole de menos la tormenta de nieve que se avecinaba lentamente.

Sin embargo...

Ambos no debieron relajarse tanto.

Unos pasos apresurados se acercaban cada vez más a ellos, y cuando alguien estaba gruñendo fue que Sumiyoshi se asustó y por las feromonas hostiles que soltaba esta persona supo que quería hacerles daño. Jaló a Suyako para ponerla detrás suyo y así protegerla, sacó el hacha del cinturón de su pantalón poniéndose en alerta de donde venia el gruñido.

una segunda oportunidad para hacer las cosas bien ⋆⌇ 𝘺𝘰𝘳𝘪𝘪𝘴𝘶𝘮𝘪¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora