una segunda oportunidad para hacer las cosas bien ⋆⌇ 𝘺𝘰𝘳𝘪𝘪𝘴𝘶𝘮𝘪¡!

seven

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☼✧ 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚𝐧̃𝐞𝐫𝐨 𝐩𝐭 𝟏 ✧☼

Últimamente tomar en cuenta su apariencia era muy común para Sumiyoshi.

No sabía cuántas veces se había visto al espejo, pero simplemente no podía dejar de hacerlo. Cada vez que creía que ya no había nada más que corregirle a su rostro, encontraba una imperfección más que buscaba ocultarla o mejorarla con un poco de maquillaje.

Frunció el ceño viéndose nuevamente al espejo, prometiéndose que sería la última vez.

Ya era la cuarta vez que cambiaba de tinta de labios que estaba seguro de que no necesitaría echársela de nuevo porque sus labios estaban lo suficientemente maltratados para verse rojos y rellenos. De igual manera, volvió a aplicarse otra tinta.

Fue muy difícil comprar maquillaje a escondidas de Suyako porque la chica simplemente no dejaría de cuestionarlo hasta que le sacara la verdad, y sinceramente Sumiyoshi no estaba listo para contarle que se había estado besando con Yoriichi durante casi tres semanas y que por supuesto, este le había invitado a una cita.

Aunque Suyako definitivamente no era estúpida, él sabía que cada día sospechaba más de su actuar. Que de repente se preocupara por verse bien, con ropa más ajustada y con un leve maquillaje en su rostro no ayudaba pues Sumiyoshi sabía que él no hacia eso porque se estropeaba más fácilmente en el trabajo duro como el que tenía.

El omega se levantó lentamente, dejando que su falda larga cayera por sus piernas con gracia antes de amarrar el listón que rodeaba gran parte de su cintura.

Hoy llevaba una falda negra que se parecía mucho a un hakama, el listón que lo sostenía era de color blanco y en la parte superior, solo vestía su característico haori verde de cuadros negros, con la excepción que las mangas eran más largas -Suyako pensó en hacerle modificaciones por el invierno-, casi parecidas a la de un kimono.

También acompaño todo su vestuario con un adorno de flores sakura artificiales de la cual salía finos hilos que contenían pequeñas joyas artificiales de color amarillo, simulando el oro. El maquillaje era sencillo a pesar de sus varios intentos de verse más extravagante, con un leve rubor en sus pómulos y polvo en sus parpados color vino tinto que no se veía demasiado en la noche, además de sus labios color rojo suave que los hacia más grandes.

A pesar de que Sumiyoshi casi nunca vestía tan... pues, omega, él no evitaba sonreír con felicidad y ronronear con placer puro. Pues siempre había querido hacer esas cosas, después de todo era un omega y quería sentirse lindo en algunas ocasiones.

Le gustaba como se sentía últimamente.

Se sentía lindo, delicado y deseado.

Su pecho latió con fuerza. Él puso sus manos encima de este mientras una sonrisa boba se le dibujaba en su rostro.

Se sentía lindo, delicado y deseado porque Yoriichi lo hacía sentir así, lo hacía sentir tan protegido y amado que no evitaba que todos sus instintos omegas salieran a flote.

Porque un alfa le había echado el ojo, un alfa lo encontró atractivo y un alfa quiso invitarlo a salir.

Y parecía ser serio.

Él se rio entre dientes, pareciendo un poco loco porque estaba solo en la habitación.

Suspiró pesadamente, bajando sus brazos a cada lado de su cuerpo y apretando sus puños con determinación.