three

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 « 𝘆𝗼𝗿𝗶𝗶𝗰𝗵𝗶 & 𝘀𝘂𝗺𝗶𝘆𝗼𝘀𝗵𝗶 »


☼✧ 𝐮𝐧 𝐥𝐮𝐠𝐚𝐫 𝐚𝐥 𝐜𝐮𝐚𝐥 𝐯𝐨𝐥𝐯𝐞𝐫 ✧☼


Los días habían trascurrido de manera normal, la vida había comenzado a ser más tranquila para todos.

Una semana después de que el alfa despertó de su inconsciencia, se había recuperado correctamente. La fiebre ya había pasado, los músculos ya no le dolían y por supuesto, toda debilidad que sentía había desaparecido. Yoriichi se sentía bien por lo que ya no vio necesario que siguiera quedándose donde los Kamado haciéndoles gastar sus escasos recursos en él.

Ese mismo día que pensaba irse, los Kamado lo arrastraron –Yoriichi quería pensar que el mismo decidió ir con ellos- a explorar la montaña para encontrar algunas provisiones de frutas y verduras porque a pesar de que fuera invierno, algunas debían florecer en esa época. Aprovecharon que las tormentas de nieve estaban cesando para ir a explorar el lugar.

Yoriichi conocía muy bien la montaña, después de todo vivió diez años ahí y recordaba donde se podía conseguir cada cosa. Así que decidió acompañarlos, se dijo así mismo que seria como parte de un pago por haberles causado tantos problemas.

-¡No sabia que las fresas florecían en invierno! -Exclamo Sumiyoshi poniéndose de rodillas, escaneando con su mirada el arbusto donde había muchas de esta fruta roja. -Lucen tan deliciosas.

-Tal vez podríamos conseguir un poco de harina y huevos, e ingeniárnosla para hacer un pastel de fresa. -Sugirió Suyako echando en la canasta algunos arándanos que estaban cerca del arbusto de fresas.

-También debería haber frutos secos cerca de aquí. -Dijo Yoriichi viendo un árbol completamente sin hojas pero que sabía que florecían manzanas ahí.

Él era quien cargaba al pequeño Yuu. No le agradaba tanto la idea de llevar al bebé en su espalda porque el pequeño aun no podía sostener su propia cabeza y era malo que colgara por si sola, así que decidió amarrar al niño en su pecho con algunas cobijas. Yuu apenas se recostaba en el cálido pecho de Yoriichi persiguiendo aquella calidez.

-¡Si! Los frutos secos pueden que rindan más hasta que acabe el invierno. -Sumiyoshi sonrió enormemente, se levantó con la canasta llena de fresas para cargarla en su propia espalda.

Yoriichi lo observo con ojos gentiles, viendo como la canasta del omega se llenaba más y más de frutas y verduras que habían recogido.

-¿Quieres que te ayude?

Sumiyoshi saltó en su lugar por aquella pregunta. Miró al alfa desde encima de su hombro antes de negar rápidamente.

-¡No! Estoy bien. -Sumiyoshi sonrió para tranquilizarlo. -Además, tú estás cargando a esta cosita preciosa. -El omega se acercó al bebé que dormitaba tranquilo presionando su mejilla regordeta al pecho de alfa. Sumiyoshi acaricio levemente su espalda con demasiada gentileza. -Solo enfócate en él.

Y Yoriichi no replico porque el omega le había dedicado una sonrisa tan encantadora y en serio se veía preocupado por el bebé. Así que solo asintió y siguió de pie cerca de los Kamado como si fuera un fiel guardián.

Los tres siguieron caminando de manera animada, los que más parecían contentos eran los dos omegas quienes decían que estaban felices de por fin salir y explorar un lugar nuevo. Yoriichi solo se quedaba en silencio, siempre caminando detrás de ellos por si algo pasaba.

una segunda oportunidad para hacer las cosas bien ⋆⌇ 𝘺𝘰𝘳𝘪𝘪𝘴𝘶𝘮𝘪¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora