una segunda oportunidad para hacer las cosas bien ⋆⌇ 𝘺𝘰𝘳𝘪𝘪𝘴𝘶𝘮𝘪¡!

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« 𝘆𝗼𝗿𝗶𝗶𝗰𝗵𝗶, 𝘀𝘂𝗺𝗶𝘆𝗼𝘀𝗵𝗶 & 𝘀𝘂𝘆𝗮𝗸𝗼 »

☼✧დ 𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐲 𝐟𝐢𝐧 𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞... დ✧☼

Fue al principio de la primavera, cuando la nieve terminaba de derretirse y el suelo empezó a pintarse de marrón por la tierra, fue cuando inicio otra etapa de la vida de los Kamado.

Temprano esa mañana, Sumiyoshi se había despertado por los ruidos constantes que venían de afuera de la habitación. Con toda la pereza que residía en su cuerpo, se sentó en el futón mientras sus ojos se enfocaban en algún lugar de la pared, entrando en un trance donde comenzó a cuestionarse si era realmente importante levantarse y cumplir todas sus necesidades básicas para sobrevivir, porque esa mañana, simplemente quería dormir mil años.

Miró la ventana donde apenas estaba entrando luz, su ceño se frunció con desagrado. No debían ser más de las cinco, era demasiado temprano.

A su lado, estaba su alfa.

Yoriichi dormía profundamente, su brazo aun rodeando el cuerpo de Sumiyoshi a pesar de que este se encontrara sentado. De un momento, el alfa trato de arrastrarlo hacia su cuerpo haciendo que el omega casi dejara de resistirse a aquella fuerza que solo le indicaba que debía seguir durmiendo. Sin embargo, decidió que debía ir por Suyako, quien era la responsable de todo ese ruido pues su aroma característico a sandia no se encontraba impregnado en la habitación como los de Yoriichi y Yuu quien estaba durmiendo plácidamente envuelto como si fuera una oruga.

Se deslizo un poco hacia un lado, tomando el brazo de su alfa para que desenredara su agarre de su cadera. Yoriichi se quejó entre sueños, pero de igual forma cuando el toque de Sumiyoshi lo dejó, el siguió durmiendo como si nada para alivio del omega.

La noche anterior habían estado bebiendo un poco de sake, cuando la primavera comenzó a relucir cada vez más y la nieve dejo de ser un impedimento para que bajaran al pueblo, Suyako parecía ansiosa de ir a comprar algunas botellas de alcohol -ella amaba el sake, y con la reciente iniciación de Yuu bebiendo otro tipo de leche recomendada por las parteras, fue que ella pudo volver a disfrutar por el gusto por el alcohol-, así es como terminaron los tres bebiendo mientras contaban experiencias ridículas que habían tenido.

Recordaba que los tres estaban un poco ebrios, y eso que Yoriichi tenía mucha tolerancia al alcohol en comparación a ellos dos. Tenía sentido que estuviera tan cansado y la razón por la que Yoriichi seguía durmiendo como un tronco.

Sumiyoshi suspiró con cansancio, pasando sus manos por su rostro para limpiarse las lagañas y enfocar su visión.

Miró atentamente el rostro de su alfa quien dormía plácidamente sin preocuparse por nada. Sumiyoshi sonrió, su corazón latiendo enternecido por la linda imagen que tiene la suerte de ver cada día que se despierta al lado del alfa. Acarició el rostro de Yoriichi suavemente con sus nudillos, corriendo hacia un lado los mechones de cabellos rojizos que caían sobre sus ojos cerrados. Sumiyoshi solo se inclinó hacia abajo, dándole un leve beso a su alfa sin tener las intenciones de despertarlo realmente.

-Buenos días, cariño. -Murmuro en contra la mejilla del alfa. Dejó otro pequeño beso antes de alejarse, sonriendo al ver que seguía dormido.

Decidió ir a la fuente del ruido, caminando con pasos lentos quejándose mentalmente por lo frio que estaba el piso a esa hora de la mañana y regañándose por ponerse algo en los pies. El alboroto lo llevo a la cocina donde la luz amarillenta de una lampara de aceite hacia entender que Suyako estaba ahí.