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Dilara

Escucho el reloj sonar lo que indica que son las 6 am y que tengo que levantarme para ir a la escuela, y créanme no es que odie la escuela aún que tampoco me encanta es solo que odio levantarme temprano para ir.

-Di despierta ya son las 6.- reconozco la voz de mamá al otro lado de la puerta.

-Ahora me levanto.- escucho sus pasos alejarse y decido que es momento de levantarme.

Me dirijo al baño dónde lo primero que hago es abrir el agua caliente de la ducha, mientras espero a que se caliente lavo mis dientes y mi cara para despertar un poco más.

Una vez duchada me acerco al armario y decido cuál uniforme usar si la falda o el pantalón finalmente me decido por la falda ya que se dice que hará calor el día de hoy también me coloco la camiseta del uniforme para luego pasar a mi cabello el cual seco o sino terminaré resfriada y en cama por una semana.

Al terminar con mi cabello paso al maquillaje el cual es el mismo de siempre, rímel y gloss odio usar base o algo que tape mis pecas, además de que combinan demasiado bien con mis ojos verdes.

Me acerco con mi mochila al escritorio y empiezo a meter y sacar libros, abro uno de los cajones y tomo el frasco de pastillas para tomar una entre mis dedos y dejarla en mi lengua para luego abrir la botella de agua que tengo en el escritorio y tomar aquel medicamento.

-Hermosa como siempre.- escucho a mamá decir una vez que llegó a la cocina.

-Gracias.- me acerco y beso su mejilla.

-¿Tomaste desayuno?- volteo y veo a papá entrando a la cocina con los ojos medios cerrados se ve tan gracioso.

-Estaba apunto.-

Mamá pone un plato de frutas enfrente de mi junto a un té de canela, sonrió en forma de agradecimiento, pero no puedo evitar mirar aquel plato con terror.

-¿Puedo al menos comer solo las fresas y tomar medio té?- ambos intercambian miradas para luego asentir con la cabeza.

Termino las fresas y media taza de té y es justo cuando veo a papá volver a la cocina ya cambiado y listo para irme a dejar a la escuela.

-Adiós mamá te amo.-

-Adiós cariño.-

Con papá iniciamos nuestro camino a la escuela en total silencio lo único que se escucha son las canciones de la radio.

-Tengo que pasar a buscar a los gemelos y luego iré a dejarte espero no te moleste.- quito mi mirada del paisaje y volteo a verlo.

-No, tranquilo.- le dedicó una mini sonrisa.

-Has estado más callada de lo normal, ¿Sucede algo?-

-Anoche apenas dormí, ya sabes que hoy tengo un examen de matemáticas.- en algún momento me convertiré en pincho por lo mentirosa.

-No tienes de que preocuparte, matemáticas siempre ha sido tu fuerte.-

Y el silencio vuelve a reinar en el auto, bueno eso hasta que papá estaciona enfrente del edificio donde Bill vive y tengo entendido que Tom ha estado quedándose con él.

-¡Di hola!-

-Hola Bill.-

-Hola niña.-

-Hola anciano.- alzó mi vista al retrovisor y veo como Tom hace una mueca ante el modo en que lo llamé.

Todos soltamos una carcajada ante su reacción.

Me dedicó a mirar por la ventana nuevamente y fijarme en el paisaje, las personas que van camino al trabajo o los niños y adolescentes camino a la escuela se ven tan felices...

-Georg dice que eres una de las mejores de tu clase.- giro un poco mi cuerpo para ver los asientos de atrás y fijarme en Bill.

-Así es, tengo el primer puesto mientras Mackenzie la chica del otro día tiene el segundo.- nombrar a la rubia fue a propósito para ver su reacción, sin evitarlo se tensa un poco ante la mención de ella.

-Wow eso... eso es impresionante, felicidades.-

-Gracias.-

Vuelvo a mi lugar y otra vez me fijo en el paisaje, estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me doy cuenta cuando empiezo a cantar la canción que se reproduce en la radio.

-I swear to God the voices wouldn't shut up, oh
And I, I figured it all to be love
But this isn't lovely.-
  
-Además de bonita e inteligente también cantas.- me paralizó en mi lugar cuando las palabras de Bill me hacen volver a la realidad y salir de mi burbuja.

-Le da vergüenza cantar enfrente de la gente, aunque le he dicho que tiene bonita voz.-

-Papá...-

Volteo cuando digo aquello en un tono de advertencia, él sabe muy bien que odio que diga cosas personales mías. No debí haber cantado en frente de ellos eso está claro, aunque estaba metida en mi propia burbuja.

-¿Piensas ir a ver el entrenamiento hoy?- agradezco que haya cambiado el tema de la conversación, pero el nuevo tema me desagrada más que el anterior.

-Kenzie me llamo anoche suplicando que fuera, pero le dije que aún no me siento preparada para volver al gimnasio, aunque sea solo ver, no sé si pueda hacerlo...-

Él no logra responder ya que la escuela aparece en nuestro campo de visión, él se detiene justo en la entrada donde Mackenzie espera por mí. Veo como echa un ojo a la parte de atrás del auto y la veo ponerse nerviosa cuando ve al Kaulitz menor.

-Adiós papá, te amo.- me acerco y beso su mejilla en forma de despedida y el besa mi frente.

-Un gusto verlos chicos.- me giro sobre mi asiento para despedirme de los chicos con una sonrisa, me percato de que papá no este viendo y le guiño un ojo a Tom sin importar que Bill vea.

Una vez bajo del auto me acerco a la chica rubia frente a mí y me saluda con un abrazo, ambas dirigimos nuestras miradas al auto donde los 3 hombres se encuentran y nos despedimos de ellos agitando nuestra mano en forma de despedida, una vez vemos cómo se van damos media vuelta para empezar nuestro camino a la escuela.

-Veo que has empezado bien tu mañana.-

-Ni me digas.- pongo los ojos en blanco al recordar lo sucedido en el auto.

-¿Iras hoy conmigo al gimnasio después de clases?- le veo abrir su casillero mientras yo me apoyo en los de un lado de ella.

-No creo... tal vez mañana.-

Estaba a punto de responder a lo que estoy segura sería un regaño por no querer ir con ella, pero el timbre suena y cierra su boca junto a su casillero, tomo su mano y nos guío a la sala de clases.

𝖠𝗆𝖻𝗋𝗈𝗌𝗂́𝖺 「𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora