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Dilara

Lo único que se escuchaba en la habitación eran las risas de Lottie, hace ya varios minutos que ella y Mattheo tenían una guerra de cosquillas y por lo que veo y escucho es ella quien está perdiendo la batalla.

El sonido de la puerta los hace detenerse, pero la pequeña aún sigue riendo, con el chico volteamos a la puerta y vemos a los gemelos parados, uno con una sonrisa en su cara y el otro con una mueca de desagrado.

-Hola chicos.-

-Hola Di.- el gemelo menor se adentra a la habitación sentándose en la cama mientras que el otro sigue en la puerta.

-¿Aún juntos?- volteo a ver a Tom.

-Luego de nuestra salida creí que sería buena idea venir y ya sabes pasar el rato juntos.- mis palabras hacen efecto y decide adentrarse a la habitación también.

-¿Quién eres?-

-Es Mattheo el novio de Di.- la pequeña tapa su boca al terminar de hablar.

Volteó a verla y está roja de la vergüenza y creo que no es la única porque mattheo está igual de rojo que ella.

-Es Mattheo un amigo.- respondo finalmente a Bill.

-Soy Bill un gusto.-

-Igualmente.- Tom está a punto de abrir la boca así que decido preguntar algo antes que hablé.

-¿Qué hacen aquí?-

-Vinimos a ensayar, pero escuchamos risas de una pequeña y ahora estamos aquí.- Bill le empieza a hacer cosquillas a Lottie quien vuelve a reír.

Un teléfono suena y es el de Mattheo quien lo revisa y su ceño se frunció ante el mensaje que recibió.

-Lo siento Di, mi hermana necesita que pase por ella a sus clases de voleibol.- asiento levantándome para acompañarlo hasta el primer piso.

Siento los pasos de los demás y una pequeña mano toma la mía, le sonrió a Lottie mientras bajamos las escaleras.

-La pase muy bien hoy, espero verte pronto.- besa mi mejilla y la de la pequeña a mi lado.

-Yo también la pasé bien, cuídate.- lo veo dar media vuelta eh irse.

Volvemos adentro de la casa donde encuentro a papá y Gustav en el sofá.

-¿Ya se fue tu novio?-

-¡Papá!, él no es mi novio bueno aún no.-

Y antes de que dijera algo me llevo a la niña a la cocina para que me ayude a preparar algo.

Decidimos preparar un pastel de fresa a petición de ella, mientras que ella cortaba las fresas yo hacía la mezcla.

-¿Te gustaría tener hijos algún día?-

-Si es que salen igual de hermosos y obedientes que tú claro que si.-

-No siempre es así de bien portada.- la voz de Gustav nos hace voltear encontrando lo apoyado en el marco de la puerta.

-Conmigo si lo es, ¿me la regalas?- ella rápidamente corre a los brazos de su padre.

-Lo siento Di, pero ya tenemos que irnos otro día te la regalo.- me río para luego acercarme y dejar un beso en la mejilla de cada uno.

Los veo cruzar la puerta y decido seguir con lo que estaba haciendo, ya casi terminaba la mezcla cuando es Bill quien cruza la puerta y sus ojos brillan al ver que estoy a punto de hornear algo.

-Aún ni está listo y ya sé que quedará sabroso.-

-Tengo la mejor mano para esto.-

Lo veo tomar asiento frente a mi y tomar una de las fresas para llevarla a su boca.

-¿Te puedo preguntar algo?- hago un ruido de si mientras termino de verter la mezcla en el molde. -¿Me darías el número de Mack?- su pregunta hace que casi se me caiga la mezcla.

-¿Te gusta?- lo veo sonrojarse indicándome que sí.

-¿Tu crees que yo le guste?-

-Tiene 15 años es una adolescente al igual que yo, no sabemos realmente lo que nos gusta, pero no nos molesta la atención y que traten de enamorarnos.-

-¿15 años?, creí que tenía 16 al igual que tu.-

-En dos semanas es su cumpleaños 16, mi cumpleaños 17 es en tres meses. Tuve que hacer primer grado dos veces.- el asiente en compresión, estoy segura de que Tom le habrá dicho sobre mi estado mental.

-¿Que tal todo con ya sabes?-

-Intento ponerme celosa, el sábado que los chicos fueron a vernos a Leni y a mí él tuvo sexo con Heidi toda la maldita tarde y al día siguiente fue igual, aún puedo escuchar sus gemidos en mi cabeza.- él se ríe por mi exageración.

-No creo que fuera para tanto.-

-Créeme si lo fue.-

No seguimos con la conversación porque ambos hombres faltantes entran a la cocina.

-Iré por tu madre.- asiento en su dirección mientras termino de cortar las fresas.

-¿Me llevas?-

Volteó en dirección de Bill al darme cuenta de sus intenciones de dejarme sola con el mayor, papá asiente en su dirección.

-¿Tom tú también?-

-Naa, yo me quedo no puedo esperar para probar lo que sea que está preparando.-

Ambos hombres se van dejándonos solos, pero el solo se acerca una vez escucha la puerta principal siendo cerrada.

Silencio es lo que reina entre nosotros, él está peligrosamente cerca de mí, lleva sus manos hasta mi cintura dónde deja un par de caricias.

-Detente.- más que una petición es una exigencia.

Hace caso omiso a mis palabras y ahora lleva una de sus manos al interior de mi muslo peligrosamente cerca de mi parte.

Tragó en seco cuando siento su mano acercarse más y más, empieza a dejar pequeños besos en mi cuello, dejo las frases de lado un momento.

-Sigue con lo tuyo mientras yo sigo con lo mío.-

Vuelvo a tomar el cuchillo para cortar las últimas fresas, ahora su mano se adentra en mi short mientras sus dedos corren mi ropa interior.

De manera lenta empieza a mover sus dedos en círculos, un par de gemidos salen de mis labios mientras trato de enfocarme en las dos últimas frutas.

-P-por fav-vor.-

Sus dedos ahora juegan en mi entrada, suelto el cuchillo al fin y aún con su mano dentro de mi ropa doy media vuelta para verlo a la cara.

Sin aviso sus labios son juntados con los míos a la vez que sus dedos entran en mí, un gemido es ahogado por sus labios.

Mis piernas poco a poco se van debilitando por el placer que me da, mi cabeza es apoyada en su hombro y no pasa mucho tiempo cuando mi orgasmo llega.

A la vez que el timbre del horno suena indicando que el pastel está listo y si no lo saco terminara quemándose, cuando sus dedos abandonan mi parte baja se siente un vacío inmediato.

Con un poco de dificultad camino hasta el horno y saco la mezcla ya lista, al voltear lo veo sacar sus dedos de su boca.

Iba a responder, pero el sonido de la puerta nos interrumpe y pronto se escucha la voz de mis padres y Bill.

𝖠𝗆𝖻𝗋𝗈𝗌𝗂́𝖺 「𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora