𝖠𝗆𝖻𝗋𝗈𝗌𝗂́𝖺 「𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 」

³¹

Dilara

-Sigo sin creer que tu madre haya hecho eso.- con la ayuda de Leni me siento en el sofá.

-Yo tampoco lo puedo creer, no sabía que su embarazo era falso.-

Hace unos minutos había terminado una llamada con papá, me había dicho que Heidi había inventado el embarazo porque ella sospechaba de mí y Tom.

Habían pasado ya 7 meses desde que con Leni y Mattheo habíamos dejado Los Ángeles y nos habíamos venido a vivir a Italia.

Y han sido los mejores meses de mi vida, me he acercado mucho a Mattheo a pesar de haber terminado nuestra relación al darnos cuenta de que era mejor quedar como amigos. Se había vuelto mi mejor amigo y uno de los mayores soportes durante el embarazo.

Leni igual, me ha apoyado desde que llegamos. Su madre apenas la ha llamado para saber de ella.

A pesar de decir que no le importa sé que, si lo hace, por lo que estos días hemos estado más juntas de lo debido.

Habíamos formado una pequeña familia entre los tres o bueno los futuros cuatro. Hace unos meses me había enterado de que tendría un niño y no podía estar más que emocionada.

El embarazo había sido difícil por mi edad, pero aún así he hecho todo lo que el doctor me dice que haga, me tomo las vitaminas al igual que mi medicamento para que no ocurran escenas no deseadas.

-¿Sigue pateando?-

-Como un loco.-

Tomo la mano de Leni y la coloca sobre mi abultado estómago de 8 meses y medio.

Mi pequeño hijo siente a Leni por lo que comienza a moverse como un gusano, provocando que haga muecas de dolor.

-Ven, vayamos al jardín mejor.- con su ayuda me levanto del sofá para irnos al jardín y tomar un poco de sol.

-¿Cuándo vuelve Mattheo?-

-Llamo y dijo que está noche, que traería una sorpresa.-me fijo en ella, pero solo se encoje de hombros sin darme pista de lo que sería que Mattheo traería.

...

Luego de estar la mayoría del día bajo el sol junto a Leni había decidido dormir un poco, pero se me estaba haciendo imposible con esta barriga enorme y con la persona que entró a mi cuarto y comenzó a hacer ruido.

Con disgusto y dificultad intento levantarme para sentarme en la cama, pero me es imposible.

-¿Necesitas ayuda?- mis ojos se habrán de par en par al identificar la voz de Kenzie.

-¿Kenzie?-

-Y Sofía.-

-Malditas, ayúdenme a sentarme.-

Entre risas ambas se acercan y me ayudan a sentarme, para luego lanzarse a mis brazos, aunque mi enorme barriga les dificulta un poco esa tarea.

-No puede ser, estás enorme.-

-Gracias Sof, no me había dado cuenta.- mis palabras sarcásticas hacen reír a ambas.

Ahora con su ayuda me levanto de la cama para ir a la sala de estar donde encuentro a Mattheo y Leni quienes hablan animadamente.

Theo apenas me ve se acerca eh intenta abrazarme, pero otra vez mi estómago es un obstáculo por lo que opta por dejar una caricia en este y un beso en mi frente.

-Mira lo que te traje.- da media vuelta y se du mochila saca una bolsa de mis chocolates favoritos.

-¡Te amo!-

-¿Me dices a mi o al chocolate?-

-¿Cuál es la diferencia?-

Todos reímos por mis palabras que ha decir verdad si iban dirigidas al chocolate, porque vamos el chocolate es chocolate además de que ha sido el antojo principal de todo mi embarazo.

Ahora los cinco nos encontrábamos en el jardín alrededor de una mini fogata conversando sobre todo lo que hemos pasado durante estos meses.

O bueno los cambios que he tenido durante estos meses. A pesar de al principio no estar muy convencida de tener a este bebé ahora no me imagino una vida donde él no esté en mis planes de a futuro.

-¿Entonces ya escogiste un nombre?-

-Tengo varios en mente, ya saben que mi nombre es turco así que he pensado en un nombre turco para el también.-

-¿Cómo cuál?-

-Murad, que significa deseo y Hasan que significa apuesto. Porque con una mamá como yo obviamente saldrá bien apuesto.- reímos por mis ocurrencias.

-¿Cómo va todo?- las risas paran de un momento a otro.

-Bien, ha sido difícil estar lejos de mis padres, pero tengo a Leni y Mattheo quienes han sido de mucha ayuda.-

Todos sabemos a lo que realmente Mackenzie se refería con su pregunta.

-Di...-

-Es duro, por lo que me has dicho que Bill te dice, él está mal, se siente culpable de todo. Pero creo que fue lo mejor, no sabría como sentirme el estar cerca del durante todo el embarazo. Además, aquí estoy bien, tengo buena compañía y tal vez suene feo, pero creo que tome la mejor decisión al irme de L.A.-

-¿Crees que si te hubieras quedado todo hubiera ido mal?-

-No lo sé, yo soy joven y él nunca se vio en un futuro con hijos. Creo que tal vez si o tal vez no, pero si el realmente quisiera estar en la vida de este bebé me hubiera buscado.-

Doy por terminada la conversación y con cuidado me levanto de la silla para irme a la cama. Al estar en las últimas semanas del embarazo me canso más rápido de lo normal por lo que me la paso durmiendo.

Me despido de todos y me voy a mi habitación donde me coloco el pijama para meterme a la cama. Estaba por cerrar los ojos cuando la puerta de mi habitación es abierta y veo a la rubia de mi amiga entrar y meterse en la cama conmigo de la misma forma que hacíamos cuando éramos pequeñas.

-Te conozco mejor que nadie Di.-

-Es duro estar lejos de él, siempre que me llamas o cuando papá lo hace escucho como hablan de lo mal que está.-

-Bill siempre me habla de lo arrepentido que está, se siente mal por todos los malos ratos que te hizo pasar.-

-Si tan mal se siente que venga y me pida disculpas en la cara. El que los demás me digan no harán que me sienta mal por el.-

Sin más doy media vuelta y cierro los ojos.

Desde que llegué a Italia y me alejé de todos mis pensamientos habían cambiado en especial mi pensamiento sobre Tom.

Todos siempre me decían que él estaba mal, que se sentía culpable por todo lo que me había provocado, pero en ningún momento de estos meses intento comunicarse o venir.

Papá nunca me dijo que Tom pregunto por mí, solo que él y Heidi se habían divorciado y que ahora vivía con Bill.

Pero no me ha buscado y tampoco ha intentado saber sobre el bebé.