Capítulo 11 | Loosing my religion

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Los adoquines ralentizaron su caminata, así que optó por quitarse las sandalias, y caminó descalza hasta que una melodía la obligó a frenarse en seco. Abrió las puertas traseras y siguió el camino de piedra hasta la playa privada. La melodía provenía desde más allá de unas palmeras y tuvo que acercarse con cuidado para no revelar su presencia.

Leia frunció el ceño y miró la hora. Era pasada la medianoche, ¿a quién se le ocurría poner música a esa hora?

Se volvió y siguió la música que provenía de la playa. La siguió hasta que consiguió distinguir una voz que le resultó familiar. Medio afónica, pero perfecta para la canción en cuestión. Supo quién era antes de verlo. Jamás se le habría ocurrido que pudiera tocar y mucho menor cantar.

Camino hacia él manteniéndose oculta. Para su suerte la única iluminación con la que contaban era la luz de la luna. Él no podía verla, pero ella a él sí. Lo veía de perfil, sentado en la arena con una guitarra en los brazos cantando a todo pulmón Losing my religion de R.E.M.

Se acercó más y lo contempló dando el mejor espectáculo que había presenciado jamás. Un hombre a corazón abierto. Uno a quien nadie conocía realmente, revelando su talento artístico frente a ella sin darse cuenta.

Killian dejó caer la cabeza hacia atrás aumentando el tono, cantando lo más alto que podía la estrofa:

I thought that I heard you laughing

I thought that I heard you sing

I think I thought I saw you try...

Luego alzó las comisuras de sus labios y siguió contando. Tenía el cabello despeinado, la camisa abierta, la arena salpicaba su piel en los antebrazos y en el pelo como si se hubiera bañado en el mar y se hubiera puesto la camisa otra vez.

Luego sin aflojar la sonrisa dibujada en su cara, y ya hacia el final de la canción volvió a la estrofa anterior del estribillo cambiando la última frase...

I thought that I heard you laughing

I thought that I heard you sing

Ladeó la cabeza a un lado para mirarla como si hubiera sabido que estaba allí desde el comienzo.

I think I thought I saw you spying...

El solo de guitarra de la canción le continuó aunque él le dio su toque personal, y cantó la siguiente estrofa sosteniéndole la mirada.

...But that was just a dream

That was just a dream

Just a dream, just a dream, dream...

Leia se quedó petrificada sin dejar de mirarlo medio oculta detrás del árbol, como si se hubiera olvidado que tenía un cuerpo y que debía usarlo para salir de allí y enfrentarlo.

Luego del último solo de guitarra, Killian rio como si le hubieran contado un chiste, era una risa amena, tranquila, como de alguien que se encuentra en una reunión con amigos.

–Creo que quedó claro que te he visto– la miró alzando una ceja divertido.

Sus piernas decidieron responder dándole un shock de adrenalina y empujándola hacia él.

–Ahora estamos a mano, ¿no crees?– se atrevió a comentar en relación a esa vez que la atrapó bailando en la playa.

Él largó una carcajada corta y seca.

–Estamos lejos de "estar a mano". Tú te ganas la vida bailando, en cambio yo perdería mi vida como la conozco si se enteraran de que canto.

Leia suspiró apesadumbrada. Sí, se ganaba la vida, el baile le daba de comer, pero también le había quitado lo que creía que era importante. El respeto de los hombres, amistades fuera del bar, familia, todo. Lo había perdido todo cuanto creía que importaba, y vaya si le costaba trabajo darse la oportunidad de ponerse primero. El baile y todo lo que había hecho por sus sueños habían afectado la percepción de quienes la rodeaban y habían alejado a tantos hombres que aún se preguntaba si había hecho lo correcto.

Las redes del prejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora