Public Figure | Luar la L

PUF-051.

—Santos, papi.—por fin me dejaron regresarme a la casa , tenía apoyo médico allá así que no habría problema de ningún tipo.

Me desperté antes de lo esperado por el malestar y como escuché ruido en la planta baja pensé que el tipo estaría ya asaltando nuestros víveres.

—Prueba de nuevo.

—¿Qué carajos haces aquí?

—Pensé que te alegrarías más.

—Ya hablamos de porqué no me pone feliz verte, Armando.

—Tu papá me consiguió el trato.—comenzó a explicarme.—Pagué una multa y pal' de sobornos pero aquí me tenéis.

—¿Ahora si te tengo?.—no podía creerme que estuviera actuando como si nada.

—¿Te molesta que esté libre?.—alzó la voz.—¿Debía quedarme preso toda la vida?.—gruñó.—¿Te jodí el plan de meterte con Santos?

—¿Disculpa?

—Conozco tus caras.—susurró.—Y tu anoche mirabas a ese tipo como si quisieras que metiera o como si ya te metió.

—He sido leal y te he esperado.

—Ya sali, no tienes porqué seguir haciéndolo si es que no quieres.

—¿No estamos juntos, Luar?

—Parece que ya no quieres que lo estemos.—me apoyé en la pared.—Lo voy a matar si te toca, Paris.

—Estás loco.

—Eres mi reina y tu bien lo sabes , ningún cabrón va a tocarte y me importa un bicho quedar como un loco, babymama.

Rodé los ojos.—¿Ya no sientes nada por mi?

—Ojalá pudiera no sentir.

—¿En qué momento llegamos a esto?

—No lo sé.

—Paris,yo...—carraspeó su garganta.—Cuando te vi caer, la ambulancia, el pasillo del hospital...—hizo una pausa.—Fue una auténtica pesadilla que mi cabeza no dejó de recordarme, te toqué, te hablé, te llamé y te supliqué que te quedaras pero no me escuchabas, pasaban los días y yo solo esperaba noticias mientras que pasaba las noches reviviéndolo una y otra vez.—me miró.—Y entonces viniste a verme, no eras tú, estabas todavía convaleciente pero viniste todos los días, sin fallar.—sonrió.—Odiaba que vinieras porque sabía que después te irías y dejarías ese vacío tan doloroso...—se me acercó.—No puedo mirarte sin sentirme culpable por lo que viviste por mi culpa y solo quería hacer algo que ni hubo tuvo el valor de hacer desde que nos conocimos: separarnos . Jamás fue mi intención arrastrarte y el hecho de estar a punto de perderte me aterró, tenia pánico y me abrumaba la simple idea de que te volvieran a hacer daño por eso debía eliminar ese mal de tu vida , traté y traté pero no te rendías.

Limpié torpemente mis mejillas.

—Te veías bien en la tv, se tu oraba que hasta nuevo jevo tenías, necesitaba que fuera suficiente para ti.

—¿Para dejarte?

—Sí, entre esas paredes mi único pensamiento has sido tu y el miedo irracional a perderte, prefería que rehicieras tu vida con otro tipo a que te quedases esperando por alguien que ...—se sorprendió cuando entrelacé nuestras manos pero es que debía hacerlo, el tipo estaba temblando.—Lo intenté pero no puedo, me haces falta.

—No tienes que alejarnos, estamos a salvo y si algo llega pues lo enfrentaremos juntos.

—Paris..

—Es que no voy a quedarme quieta.—quería besarlo pero no quería dañar el momento.—La solución nunca sera dejarme sin explicación alguna, acuérdate de eso. Hablar es la clave.