PUF-064.

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A la mañana siguiente no tuve que esforzarme mucho, Santos había contratado personal para encargarse de la limpieza y al parecer sabían que tendría visita temprano porque la casa estaba impoluta.

—¿Descansaste?

—Sí.—se fijó en mi mejilla.

—Está rojo.

—No haberme golpeado.

—Es bien temprano, Paris.—rechisté, esto no pareció gustarle, estrujó mis cachetes.—Si quieres te doy en la otra pa que vaya a juego, un rubor nuevo.

—¿Ah si, MaltrataDior?.—me soltó bruscamente y sí, me las puso parejas.—Carajo.—sentí las lágrimas acumulándose en mis ojos, quería ser fuerte pero me estaba siendo bastante difícil.

Me senté en la cama y abrí Instagram, me salió un post de Luar, estaba publicitando un tema con Lunay, le di like provocando que me mandase un mensaje.

No podemos llegar a tanto.

¿Y es que mi pai' no te quiere conmigo? Más bien tu pana.

—¿Podrías al menos avisar que entras?

—¿No es mi casa?

—No significa que todo lo que hay dentro te pertenece.

—¿No?.—sus ojos oscuros me analizaron.—Dile a quien te informa que se entere bien de la información.—se inclinó hacia mi.—Bésame.

—Bésame tu, yo no haré tal cosa.

—¿No?

—Claro que n...—no me dejó terminar, estampó sus labios contra los míos, quise apartarme pero me agarró por el cuello,sentí su peso recayendo sobre mi y tras eso, su mano libre colándose bajo los shorts que usé para dormir.—Para.—pero no se detuvo.—¡Santos!

El bebé comenzó a llorar y por más mal que suene, lo agradecí. Cuando se quitó de encima fui directamente a comprobar que andaba mal, por la hora debía tener hambre, me senté en el sofá y comencé a darle el pecho.

Acaricié su delicada piel con temor, sentía que podía romperse en cualquier momento, sus ojos me transmitían mucha paz, me miraba con un amor que no había visto antes, era parecida a la forma en que Luar me miraba pero aún más pura, sentía que estaba con nosotros a través de Nando, pues a última hora era una réplica de Armando, no tenía nada mío.

—Lo siento...—sollocé.

(...)

—¿Qué es esta mansion ah?.—cuestionó Majo.—Hola, beba.

—Esto es cortesía del pendejo de Santos.

—¿Y los golpes también?.—cuando Venus preguntó aquello, todas me miraron con atención.—Se nota.—suspiré.—¿Por qué toleras eso?

—Porque no quiero a Luar preso.

—¿Y prefieres que te golpeen?

—No seas pendeja, Venus.—acotó Laila.—De nuevo está sacrificándose por su gran amor.—me abrazó.—¿Te golpea para abusar de ti?—bajó el tono de su voz.—Puedes contarnos , encontraremos la forma de...

Public Figure | Luar la L Donde viven las historias. Descúbrelo ahora