PUF-066.

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Narra Armando.

—No subió nada.

—Por más que estés pegado al cel ella no publicará, tiene sus propias cosas.

—Es una figura pública.—le hice gestos de obviedad para que entendiera que el punto de serlo era justamente estar activo y publicar en redes.

—No creo que esté con ánimos.

—¿Pero si para andar con sus amigas?

—Su hijo murió, Arm..

—Nuestro, Bry.—le corregí.—Y precisamente por eso la paso pegado al teléfono viendo que sube porque te costará creerlo pero yo sé lo que veo cuando la miro y aunque esté sonriendo de oreja a oreja yo estoy claro de cuando se le cae el mundo.

—Con razón evitaba mirarte.

—¿Ah?

—No, este...—sacudió su cabeza.—Pues ella me dijo que ... No importa.

—Bryan.

—No.

—Indica.

—No puedo decir nada.—sabía que Paris estuvo acá por algo y no me comí en cuento de que fue por Laila, de ser así podrían haber hablado por texto pero ella estuvo en la casa, debía haber otro motivo tras eso.

—Bryan.

—¡Luar!.—se escuchó afuera.

—¿Esa es la voz de...—asentí.

—Suegrito.—susurré incrédulo, el tipo estaba parado frente a mi puerta con una sonrisa bien grande, venía acompañado de cuatro tipos y para nada parecía haber regresado de la muerte, podría decir que fue la muerte quien regresó de él.

—¿No estaba muerto?.—miré a mi amigo y asentí.—Pero está aquí, ¿también lo ves?.—volví a asentir.—¿Volvió de la muerte para acecharnos, lo estará viendo Santos?

—¿Hay algún hombre en la casa? Hay un asunto que debo tratar.—nos miró a ambos.—De nombre Santos y apellido Lo Quiero Muerto.

Tragué duro.—Parece que estamos en el mismo barco.

—¿No que eran hermanitos?.—se burló.—¿Ya no jugarán a las casitas?—enseguida se puso serio.—Nadie puede saber que estoy vivo, el tipo debe estar haciéndose una pequeña idea pero no me quiero confirmar nada.

—¿Por qué matarlo y no callarlo?.—el señor Debois miró a Bry.

—¿Lo sabe?

Mi pana perdió todo el color, se puso demasiado pálido y ahí fue que entendí que se estaba guardando información y al parecer, bastante valiosa.

—¿Qué es lo que sé o no sé?

—Tu amigo.—Bry cerró los ojos.—Se atrevió a tocar a mi hija.—Sentí un fuerte pitido que me impidió escuchar por unos instantes.—La llevé al hospital con mis hombres para que de paso la examinaran completa, he guardado todo como prueba, hicieron fotografías y tomaron algunos vídeos que no voy a mostrarte porque aún odiándote con toda mi alma, sé cuánto podría destrozarte verla así.—tocaron mi hombro.—Paris no duerme.—negó con su cabeza.—Lleva semanas alerta porque cuando no abusa, la maltrata y así...—se acercó a mi.—Sacrificándose por ti, otra vez, así casi muere una vez, así podría haber muerto hace unas semanas si no llego a intervenir y por supuesto, así perdió a lo único bueno que hicieron juntos.—mis ojos se aguaron.—No, no hay tiempo para lamentos, te toca vengar, Armandito.—carraspeó su garganta.—Estoy dispuesto a escuchar cualquier cosa que quieras hacer porque ahora sí, no hay ninguna voz que aporte razón o al menos yo, no la escucho, está acabando con lo más importante que tengo en mi vida así que me importa muy poco cuanto, como y durante cuánto tiempo sufra lo que le corresponda, quiero que me digas cualquier cosa que pase por tu cabeza, prometo poner los medios, el estilo Debois no se puede usar porque estoy muerto así que haremos las cosas al estilo la L.

Public Figure | Luar la L Donde viven las historias. Descúbrelo ahora