Maldita tentación

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Hola mucho gusto- me dijo mientras se acercaba y me daba un abrazo amistoso.

Cuando me abrazo yo rodeé mis brazos por su espalda y dios qué espalda. Mientras lo rodee no pude evitar oler su perfume, olía bien, demasiado bien, lastima que el abrazo no duro mucho, no mas de 30 segundos lo cual lamenté. Cuando él se separó sus ojos azules chocaron con los míos y dios que ojos.

-Bueno pues vamos a cenar- hablo mi madre y yo por ese pequeño instante me olvide que ella estaba ahí y que él era su prometido.

***

-¿Y qué edad tienes?- Me pregunto James

-Tengo 17 años pero en dos meses voy a cumplir los 18.

-Ah ya veo, entonces ya vas a culminar la preparatoria, ¿que piensas estudiar?.

-Quiero estudiar negocios internacionales.

-Oh eso está muy bien, a lo mejor cuando termines la carrera podrías trabajar en una de mis empresas.

-Si podría ser

La cena transcurrió normal él haciéndome preguntas y yo contestándolas, durante la cena me enteré que la boda se iba a realizar en un mes, y que mi mamá y yo nos mudaríamos a la casa de James, no sabía cómo era su casa pero por alguna razón no me disgustaba la idea.

Terminando la cena James se retiró y yo le ayude a mi mamá a recoger la mesa mientras ella lavaba los trastes.

-¿Que te pareció James? ¿Te agrado?

-Me pareció un buen hombre- Vaya que me pareció bueno— Creo que es un buen partido para ti mamá.

-Hay cariño no sabes cuanto me alegra que te haya agradado.

***

Cuando llegue al instituto me fui directo a mi casillero a guardar mis cuadernos cuando sentí que unas manos cubrían mis ojos.

-Adivina quien soy- Me dijo una voz alegre, era Daniel mi novio.

-Mmm no se, parece ser que eres un hombre guapo y fuerte.

Él me descubrió los ojos y volteó mi cabeza para darme un tierno beso en los labios

-Oye te extrañe ayer- me dijo mientras hacía una mueca triste.

-Lo se amor, pero mi mamá me tenía que presentar a su nueva pareja.

-¿Y qué tal te fue?

-Pues resulta que se van a casar en menos de un mes, y después de la boda mi mamá y yo nos mudaremos a su casa.

-¿Que?—Abrió grande los ojos— ¿A donde?- Me dijo con preocupación en su voz.

-Oye tranquilo será aquí mismo, no me iré a otro país ni nada- dije tranquilizándolo mientras me giraba para besarlo, en ese momento sonó el timbre indicándoles que ya era hora de ir a clases haci que ambos nos dirigimos a nuestros salones.

Estaba tomando mi clase, pero no estaba poniendo nada de atención mi mente solo pensaba en él, en sus ojos, en su boca, en lo bien que se ve con ese traje.