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Me encontraba en una fiesta, aún seguía peleado con Daniel y si él no estaba dispuesto a darle lo que él quería, él lo iba a conseguir esta noche, estaba decidido. Cuando un chico se acercó a ofrecerle algo de tomar el vio su oportunidad y aceptó el trago. Él estaba feliz platicando con aquel sujeto cuando recibió una llamada, al ver que era Daniel solo decidió apagar el celular, ahora no quería hablar con él sólo quería distraerse un poco.

-Oye está todo bien- Pregunto el sujeto el cual aún no sabía ni siquiera su nombre.

-Si.

-Es que recibiste esa llamada y te pusiste serio.

-Olvídate de eso, hoy lo único que quiero es pasarla bien

-Entonces— Dijo poniendo una mano encima de mi rodilla— ¿No quieres ir a un lugar más cómodo?-Pregunto el sujeto.

-Si vamos-Dije con una gran sonrisa en mi rostro.

Cuando llegamos a su coche nos subimos y el inmediatamente se lanzó pegando su boca a la mía. Cuando sus labios chocaron no pudo evitar sentirme culpable, trato de ignorar este sentimiento siguiendo el beso pero no pudo.

-Oye... yo lo siento pero no puedo hacer esto- Y salí rápidamente del auto dirigiéndose a su casa.

***

Cuando llegó a su casa entró y se encontró a James en la cocina.

-Oye donde estabas- dijo acercándose— Oye ¿estás bien? te veo un poco alterado.

-Si solo que me vine caminando del antro hasta aquí y pues estoy cansado eso es todo.

-Me hubieras llamado y hubiera ido por ti.

-Gracias, para la otra ya sabré a quien llamar.

De pronto todo nos quedamos en silencio, mirándonos fijamente, y decidí romper el silencio.

-Bueno me voy a dormir buenas noches- Dije dirigiéndome hacia mi habitación, cuando su voz me detuvo.

-¿Té acuerdas de ayer?

-¿De ayer?

-Si de lo que estuvo a punto de pasar.

-¿A que se refiere?

Él cada vez estaba más cerca de mi,

-Ahora me hablas de usted-Dijo sonriéndome mientras caminaba más hasta que ya estábamos cara a cara— Yo se que tu y yo queríamos que pasara.

-¿Que?

Apenas logre decir algo cuando sentí como me agarro de la nuca, y chocaba sus labios con los míos. Pero esta vez yo no sentí este sentimiento de culpabilidad, a comparación del beso con el otro sujeto este se sentía diferente, se sentía bien. Los labios de James eran suaves, tenían un sabor dulce, y me dejé llevar agarrando a James del cuello atrayéndolo más para profundizar el beso.

Maldita tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora