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Habían pasado dos días desde la boda, hoy mi madre y yo nos mudaríamos a la casa de James.

Termine de llevar mi última caja al camión de la mudanza y subí mis maletas a la camioneta de mi mamá.

-Bien ya está todo, ¿Estás listo?-Me pregunto mi madre

-Si ya vámonos.

Mi mamá no condujo mas de 15 minutos cuando llegamos a una mansión, yo me quede sorprendido, claro sabía que James era rico pero no pude evitar sorprenderme.

Al entrar en la casa, James ya estaba ahí esperándonos.

-Bienvenidos a su nuevo hogar- dijo James alegre.

-Hola amor- dijo mi madre mientras se acercaba a darle un casto beso.

-¿Alex quieres conocer tu habitación?-Me preguntó James.

-Seguro

-Bien acompáñame- dijo James caminando hacia las escaleras.

Al llegar a su lado posicionó una mano en mi cintura mientras nos dirigíamos a la habitación,al entrar en aquella habitación no pude evitar abrir la boca de la impresión, este cuarto era mucho más grande que mi anterior cuarto, tenía una pantalla plana gigante con un juego de Xbox, una cama realmente gigante, un balcón con vista a la piscina, yo no evitaba recorrer todo el cuarto asombrado.

-¿Te gusta?-escuche la voz de James a mis espaldas—Le pregunté a tu mamá las cosas que te gustaban y yo mismo me encargué de escoger todo esto solo para ti— me dijo mientras se acercaba cada vez más hasta tener sus manos en mis hombros.

-Si, me gusto mucho, gracias- dije volteándome hasta quedar cara a cara.

-Lo mejor para ti.

De pronto se inclinó y dejó un tierno beso en mi mejilla

Yo no pude evitar sonrojarme ante este acto.

***

El estaba encima de mí repartiendo besos por mi cuello mientras yo me la pasaba recorriendo mis manos por su espalda, hasta bajar a la orilla de su camiseta para subirla cuando de repente Daniel se detuvo y se apartó.

-¿Que?- dije yo confuso por el repentino alejamiento.

-Aquí no me siento cómodo- dijo mientras se volvía a sentar.

-¿Que? si ya lo hemos hecho en mi casa antes.

-Si pero esta no es tu casa es de tú padrastro.

-Si eso de alguna forma lo convierte en mi casa. Andale no lo hemos hecho como en un mes.

-Hablas como si lo hiciéramos a cada rato.

-A eso me refiero. Tenemos juntos dos años y no lo hacemos casi nunca, esto es normal en las parejas y aparte tengo mis necesidades.¿Por qué las veces que lo hemos hecho, yo te tengo que rogar?-Pregunte ya cansado de esta situación.

-Sabes qué también quiero pero siento que no es el lugar.

-¡No claro que no es el lugar! en una habitación, en una casa donde no hay nadie, donde solamente estamos nosotros dos, ¿como podrá ser un lugar adecuado?.

-Odio cuando usas ese sarcasmo.

-Es que para ti nunca es el lugar ni el momento ni nada.

-Ya no hay que pelear mejor vamos a ver una película yo invito.

-Gracias pero no quiero nada.

-Oye no te pongas haci, creo que lo mejor es irme para que puedas calmarte, te llamo al rato, te amo — dijo mientras se acercaba y me trató de besar pero yo moví la cabeza el solo hizo una mueca de decepción y salió de mi habitación. Cuando salió escucho que hablaba con alguien yo curioso me asomé para ver con quien era ya que según yo no había nadie, al asomarme era mi James.

-Y tú quien eres y qué haces aquí en mi casa?- dijo con un tono de molestia

-Soy Daniel el novio de alex, el me invito-Apenas y se le lograba entender ya que su voz le temblaba demasiado.

-James creí que estabas trabajando- dije yo interrumpiendo su conversación.

-Si, pero tenia que venir por unos papeles.

-Ya veo, no te enojes yo lo invité no creí que te molestaría, y de todos modos él ya se va.

Yo le hice una seña a Daniel para que se fuera y él no lo pensó dos veces y se fue con pasos acelerados hacia la puerta no sin antes pedirle perdón a James. James y yo nos quedamos parados en el pasillo, no sabía que hacer, hasta que decidí romper el silencio.

-Lo siento no sabía que no podía traer amigos aquí.

-Es tu novio, y no te preocupes si puedes traer personas solo que me sorprendí de ver a alguien aquí.

-Esta bien.

-Solo te pido que no lo traigas a aquí a hacer ya sabes...

-Créeme que hacemos todo menos eso- Dije con una obvia frustración en mi voz.

-¿Por que lo dices?

-Por que él y yo no lo hacemos mucho, lo mucho que hemos hecho han sido unas 10 veces en dos años que llevamos de relación— de pronto abrí bien los ojos al darme cuenta de lo que estaba hablando y a quien se lo estaba diciendo— Pero esto no es algo que te importe por que tú tienes cosas que hacer y yo nada más estoy aquí quitando el tiempo.

-No te preocupes me alegra que me tengas confianza y créeme que ahora entiendo por que estás tenso todo el tiempo.

Maldita tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora