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Al llegar a la escuela me encontre con Daniel, él se acercó para saludarme pero yo simplemente me seguí derecho ignorándolo por completo, me dirigí a mi casillero. Cuando llegue a mi casillero me puse a guardar mis cuadernos, sentí como Daniel se puso al lado mío.

-¿Sigues enojado amor?

Yo no le conteste solo seguí guardando mis libros.

-Amor sabes que no me gusta que te enojes conmigo, y si hacer eso es tan importante para ti esta bien hagámoslo.

Cuando escuche eso me alegre pero todavía tenía que hacerme del rogar.

-Pues ahora ya no quiero-Dije mientras me dirigía a los vestidores mientras el me seguía apresurado, al entrar él volvió a hablarme.

-Vamos amor sabes que haría cualquier cosa para que estes feliz.

-¿Cualquier cosa?- Dije con una sonrisa coqueta acercándome más a él.

-Sabes que si.

-Entonces hagámoslo.

-Bien, si quieres puedes ser en mi casa después de cla...

-Aquí, quiero que lo hagamos aquí- Dije mientras le intentaba quitar la sudadera a lo que él no cedió.

-Oye aquí no creo que sería correcto, alguien puede entrar y vernos.

-Eso es lo divertido, la adrenalina de que alguien pueda entrar y vernos mientras lo hacemos.

-Yo no puedo mejor vamos a mi casa después de cla...

-Sabes que-Dije interrumpiéndolo— Está es la última vez que te ruego por un poco de cariño, después no llores cuando esta relación ya no funcione— y salí furioso de los vestidores, escuchaba como Daniel me gritaba pero yo no le hacía caso.

***

Al llegar a mi casa de lo enojado que estaba aventé mi mochila en algún rincón maldiciendo.

-¿Oye por que tan enojado?-Pregunto una voz detrás de mi.

-Yo. Por nada, lo siento- Dije mientras iba a levantar mi mochila, cuando iba a dirigirme hacia mi habitación sentí como James me agarró del brazo.

-Vamos, habla conmigo, sirve que te desahogas.

-Es que me pelee con mi novio

-Otra vez

-Si, otra vez

-¿Y ahora por que fue?

-Es que yo quería hacer algo divertido, y él como siempre no quiso y yo ya me estoy cansando.

-Entiendo, tu no te mereces eso, tu mereces a alguien que te complazca, te de todo lo que te mereces que nunca te diga que no-Dijo mientras me pasaba su mano quitándome un mechón de pelo de la frente y observándome fijamente.

-Si, eso es lo que quiero- Dije perdido en esos ojos azules

Él se fue acercando cada vez más a mi, hasta que nuestras respiraciones chocaban, de pronto siento como con su mano me agarra de la nuca atrayéndome. Cuando nuestros labios se rozaron escuchamos el ruido de la puerta abriéndose y los dos nos separamos rápidamente. La persona que entró era mi mamá, ella se acercó a saludarnos. James le ordenó a una de las sirvientas que pusieran la mesa para comer.

Durante toda la comida yo no podía pensar en nada más que no fuera en lo que pudo haber pasado si mi mamá no hubiera llegado en ese momento en lo que yo anhelaba que pasara.

Maldita tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora