Black cat || minbin

Capitulo cuarenta y dos

Una bofetada tronó en el aire y Chan no fue muy consciente de lo que estaba ocurriendo hasta que el ardor empezó a calarle en la mejilla.

¿Cómo había acabado en esa situación?

Lia lo vela como si acabara de decirle la peor groseria de la vida. Bien, siendo objetivos quizás fuera cierto y acabara de soltar una estupidez pero no pudo evitar sentirse un poco insultado al recibir tremenda cachetada.

"¡Está muerta!" gritó Lia como para recalcar lo evidente.

"Si, ya lo sé" Chan intentó hablar con calma sin lograrlo.

"¡Entonces díselo a ella! A esa... Cosa" escupió la última palabra con odio, temor y desagrado.

"¿No crees que es algo que tú deberías hacer? Yuna sigue creyendo que Ryujin volverá. Estás siendo muy cruel y violenta lo cual no es necesario, ella sólo es una niñita"

El rostro de Lia se deformó en uno de espanto.

"¿Por qué hablas de esa cosa como si fuera algo normal?" chilló fuera de si. "¡Si es un monstruo!"

"Deja de gritar" pidió Chan, lo último que queria era que la agencia pensara que tenia problemas de alguna indole con una de sus maquillistas.

"Mira, tampoco tengo muy en claro qué es lo que ocurre con todas estas mascotas que de pronto les da por convertirse en humanos pero si sé que no es su culpa. Ellos también sienten, sean animalitos o no"

Lia soltó una risita amarga.

"Mi hermana acaba de morir hace menos de dos meses, esa cosa apareció siendo persona frente a mi preguntando por MI hermana muerta, ¿y tú quieres que lo tome como algo normal?" su pregunta rayaba en lo sarcástico, Chan supo que no tenia más remedio, hablar con Lia en ese momento sería como hablar con una pared.

Sabia la pena que debía estar sufriendo pero eso no significaba que Yuna no sintiese también. De acuerdo, quizás Chan no era muy amante de los animales como queria hacerse pasar pero si tenia algo muy presente y era que los animales podian ser mucho más leales que muchos humanos y merecian un trato mejor.

Chan llevaba casi una semana intentando convencer a Lia de hablar con Yuna y explicarle que su hermana habla muerto. Llevaba esa misma semana dejando que la niña conejo viviera en su casa preguntándole dia y noche cuando podria ver a su hermana Ryujin de nuevo. Chan necesitaba apoyo y sabia dónde encontrarlo.

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"¿Y el amargado de tu jefe?" Chan se recargó contra el marco de la puerta del consultoria veterinario donde Seungmin acomodaba algunos documentos.

"Salió a Busan y por algún motivo se pasó hasta Ilsan y de allí a quien sabe" Seungmin ni siquiera alzó la mirada.

"¿Se fue solo?" Chan se dedicó a observar los movimientos serenos y suaves del otro.

"Con un chico"

De pronto las palabras lo sacudieron.

"Un chico..." repitió. "¿Sale con alguien?"

Seungmin dejó de moverse, tensándose visiblemente. Nego con la cabeza y Chan notó su incomodidad. Lo recorrió con la mirada, desde su ceño fruncido, el hoyuelo que se le marcaba en la mejilla por tener la mandíbula tensa, sus labios curvándose ligeramente hacia abajo.

Ni siquiera parecia consciente de si mismo cuando acortó la distancia y rodeó a Seungmin abrazándolo fuerte desde la espalda. El menor se estremeció, sus manos temblaron y dejaron caer un par de hojas.

"¿Qué crees que haces?"

"Hyunjin no está" recordó Chan. "No tengo porque contenerme" concluyó y hundiendo la nariz entre la cabellera del otro inhaló el aroma cálido que desprendia.

Seungmin observó las manos firmemente apretadas a su cintura y sintió que su corazón aceleraba la marcha.

"No es correcto" recordó, Chan lo ignoro, no queria pensar en lo correcto, quería arriesgarse y ser estúpido. Apretujo con más fuerza a Seungmin y dejó un suave beso sobre la piel expuesta del cuello y luego una leve lamida. Seungmin suspiró y dejó caer sus defensas, recargando la cabeza contra el hombro del otro antes de que Hyunjin se le viniera a la mente. Saltando en el lugar, Seungmin sujeto las manos de Chan y en contra de todo lo que su corazón anhelaba, apartó al mayor.

"No deberias estar aqui" dijo a manera de reclamo.

Chan permaneció con los brazos aún extendidos en el aire, extrañando el calor del otro cuerpo, observando sus manos como si se le fuera la vida en ello.

"Min..."

"No, Chan" negó el otro. "Ya lo sabes, yo no sería capaz... Yo jamás le haría algo así a Hyunjin"

Una ola de dolor y rabia contenida recorrió al mayor.

"¡Hyunjin es egoista!" soltó de pronto.

Seungmin no giro a verlo.

"¿¡Por qué eliges su felicidad y no la tuya!?" el rencor cegaba a Chan a momentos. "No es como si yo fuera a corresponderle de todos modos, lo sabes"

"Es mi mejor amigo... Si, él jamás me ha traicionado, ¿por qué debería hacerlo yo?"

Y dolió. Dolió como el infierno porque cuando Seungmin giró a darle la cara, Chan no vio ni un ápice de duda en su mirada. Correcto. Hyunjin siempre estaría un paso encima de él, un escalón más arriba en la vida y el corazón de Seungmin.

"Como odio tanto haberte conocido después de él" se quejó. "Me voy a comer"  anunció y salió sin mirar atrás.