Chapter 3

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Mcgonagall se había vuelto loca.

Yo sabía que los magos vivíamos mucho más que los humanos, y que técnicamente nosotros éramos humanos con cualidades mágicas, pero no pensé que la demencia también era parte de nosotros.

—Directora, no quiero ofenderla de ninguna manera, pero, ¿Se siente mal? ¿Tiene fiebre?

—Estoy en perfecto estado, señorita Wolf.

—Entonces, ¿cómo pretende que represente a Hogwarts en defensa? Por la barba de Merlín, ¿Qué demonios sé yo de algo más que no sea Expelliarmus? —espeté algo alterada.

La profesora Mcgonagall observó con asombro mi arrebato, lo cual me hizo sentir bastante avergonzada. Tomando asiento en la silla más cercana, recogí mi cabello detrás de mis orejas.

«—Lo que trato de decir es, profesora. Que no soy la más calificada para ello, y estoy segura de Potter y Malfoy podrían dejar el nombre de Hogwarts en lo alto en esa competencia.

—Señorita, no se desestime de esa forma. Los jóvenes Potter y Malfoy son los menos calificados para esto. Ambos están estrechamente relacionados con la cátedra de DCAO, y sus conocimientos van más allá de lo que se desea para el torneo.

—En pocas palabras, es mi incompetencia lo que necesitamos para la demostración.

—No, es su habilidad de aprender con avidez lo que requerimos, y a los ojos de los jurados sería un combate justo, ya que no tendría sentido que si hace un tiempo no impartimos esa asignatura, tengamos a alumnos inexplicablemente buenos.

—Muy inexplicable no lo creo. —susurré por lo bajo.

—¿Entiende usted a lo que me refiero? Además, sé que no va a defraudarnos este año. Siempre ha cumplido mis expectativas, señorita Wolf. El nuevo profesor ya está al tanto de la competencia, así que podrá darle horarios para practicar para el torneo.

Definitivamente quería fallecer aquí mismo, estaría conviviendo con ese inepto invento de profesor. No sería suficiente tener que quemarme las pestañas estudiando 12 libros en 6 meses, sino que estudiaría el triple para ganar esa tonta competencia.

—Véalo como algo bueno. Serán clases extracurriculares, esto le sumará puntos a su casa y a sus notas en el TIMO.

Eso definitivamente me interesó, era algo que me beneficiaría a largo plazo y corto plazo.

—Acepto.

—Entonces, quedaremos así. Vaya a su clase herbología.

—Adiós señorita Mcgonagall—me despedí de ella caminando hacia la puerta.

Fui a mi torre en busca de los libros que iba a necesitar para la clase de Longbottom. De camino a los invernaderos, observé Rose Granger-Weasley en las afueras del castillo.

—Hey, Zafira. Te he estado buscando.

—¿A mí?

—Sí. —asintió—. Oí lo que dijiste en el comedor, y sé lo duro que suele ser defensa, mi madre me obligaba a practicar con ella. Así que si lo deseas, podrías ser mi compañera en la clase de hoy.

—No sabía que Slytherin y Gryffindor compartían clases juntos. —repuse confundida.

—Solo por esta. Si estás de acuerdo, podríamos sentarnos juntas, y eso.

Su amabilidad me había confundido, es decir, Rose siempre había sido bondadosa con todos, pero nunca se había acercado a mí. Las chicas decían que mi apariencia era muy imponente, y capaz de ahuyentar a cualquiera.

—Por mí no hay problema. Me ayudaría tener una compañera como tú.

—Perfecto, entonces me iré, tengo pociones justo ahora.

—Hasta al rato, Granger.

—Hasta al rato—me guiñó el ojo, mientras caminaba a paso apresurado en dirección contraria.

Llegué a los invernaderos, hallando a las chicas llorando junto a las mandrágoras bebés, mientras que el profesor Longbottom y el resto de la clase reía viendo a Gaia y a Thea.

Caminé hasta él antes que las chicas se percataran de mi presencia para pedirle unas orejeras, y hablar con respecto a que llegué tarde.

—Profesor Longbottom, lamento mucho haber llegado tarde. Pero la directora, luego la competencia, y entonces estaba tan estresada. —comencé a balbucear en voz alta para que pudiera oírme, a pesar del ruido de las chicas y las mandrágoras.

—Ya habláremos luego usted y yo. Vaya y ayude a esas pobres chicas. —mientras cubría sus orejas por encima de las orejeras.

Asentí con una sonrisa y tomé a la mandrágora por la raíz, enterrándola de nuevo en la tierra. Gaia y Dorothea abrieron sus ojos llorosos en mi dirección, y me abrazaron mientras lloriqueaban que habían quedado sordas.

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¡𝙉𝙤 𝙤𝙡𝙫𝙞𝙙𝙚𝙣 𝙙𝙚 𝙫𝙤𝙩𝙖𝙧 𝙮 𝙘𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩𝙖𝙧, 𝙚𝙨𝙤 𝙖𝙮𝙪𝙙𝙖𝙧𝙞́𝙖 𝙢𝙪𝙘𝙝𝙞́𝙨𝙞𝙢𝙤 𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖! 🫰🏻🥹

Unholy || Mr. MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora