Chapter 10

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Las clases siguieron su curso con normalidad. Mientras observaba la hora en mi reloj me di cuenta que estaba a menos de media hora de estar en la oficina de Draco Malfoy. Caminé hasta las afueras del castillo, observando como se reunían para las prácticas de Quidditch. Mientras que la voz de Scorpious seguía parloteando detrás de las chicas y yo.

Era como un cachorro abandonado; la personificación de Burro en Shrek.

—¿No deberías estar practicando?—preguntó Thea con fastidio.

—Tú lo has dicho, debería. Pero, me han dado el día libre, la mayoría solo están repasando jugadas que yo les enseñé.

—Rose es una estupenda cazadora y aún así está entrenando.

—Quien practica es porque duda de sus conocimientos.

—O solo eres un vago. —repuso Gaia.

—No es como si fuera un secreto. —habló por primera vez en todo el día el pequeño Potter.

—Rayos, eres increíble Malfoy, haces que hasta Potter rompa su voto de silencio. Tu estupidez hace que hasta el más callado hable.

Albus trató de disimular su risa con una tos, haciendo que el rubio lo mirara mal.

—Yo no sé tú, Scorp. Pero yo si iré. —comentó Albus con una mini sonrisa—. Adiós señoritas. —lo vi caminar hasta el vestidor a paso apresurado.

—Mi mejor amigo acaba de abandonarme.

—Puedes acompañarlo si gustas.

—Yo sé que muy en el fondo te agrado, Dori

¿Qué clase de apodo tan ridículo es ese?

—No seas grosera; lo acabo de inventar.

—Entonces yo te diré Scorpi.

—No, eww. Halt die Klappe*, Thea. —revelé con una mueca de disgusto.

—Déjala molestarlo al menos una vez—defendió Gaia.

—Porque siempre que estoy con ustedes soy objeto de entretenimiento.

—Tú querías estar aquí, ahora te aguantas.

—Yo pensé que tú me considerabas tu amigo, Sperandio. Que traición siento justo ahora.

—Por defenderte ya dormí en el sofá de nuestra sala común. Lo siento Scorp, tengo que cambiarme de bando o terminaré durmiendo con el hipogrifo de Hagrid.

—No me siento querido aquí.

—No lo eres. —respondió rápidamente Dorothea.

—Haré como que no oí eso.

Todas reímos con algo de burla hacia al platinado. La conversación continuó con normalidad, hasta que los entrenamientos terminaron. Eso era una clara señal de que ya era la hora de ir a la oficina de Malfoy.

—Debo irme. —dijimos Gaia y yo al unísono. Ambas nos miramos con cautela.

—¿A dónde van?

—Debo ir a la oficina del señor Malfoy. Tiene los libros que necesito para el primer parcial de DCAO, y créanme que intenté hasta lo imposible para no tener que pasar tiempo con ese tonto—miré a Scorpious que me miraba con la ceja arqueada—. Sin ofender, pero al parecer alguien ya los había pedido primero que yo.

—Mierda, lo había olvidado. —masculló Thea con preocupación—. Creo que tendré que escaparme Hogsmeade.

—Yo tengo esos libros. —comentó Scorp en dirección a la rubia—. Podríamos hacer una tregua, quiero decir, tú dejas de meterte conmigo y yo dejo que estudies conmigo.

Unholy || Mr. MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora