Chapter 8

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Zafira

¡Es un necio. Un completo insensato! —chillé colérica.

—Deberías calmarte. No creí que el profesor Malfoy fuese tan cruel. —respondió Gaia con los pies puestos en la cabecera de la cama y cabeza gacha.

—Solo míralo, Gaia. Siempre te está observando por encima del hombro—hizo una muy mala imitación del rubio.

—Zafira tampoco es muy amable que digamos.

—¿Entonces es mi culpa? Es insólito que seas mi amiga y no seas capaz de entenderme.

—Usó un levicorpus, Zafi. No es como si hubiese usado un cruciatus e intentara torturarte una hora. Además, casi le recuerdas que hasta el día que nació fue un error. No sé desde cuándo te has vuelto tan irracional, pero aunque te desagrade el señor Malfoy, es el nuevo profesor y debes ser respetuosa, por tu propio bien a nivel académico.

Miré a Gaia con algo de incomodidad; ella tenía razón, estaba siendo completamente inmadura. Estaba bien que yo tuviera mis propias opiniones con respecto a los Malfoy, pero no debía dejar que aquello me cegara.

—Quizás tengas razón. Seguramente piensa que no lo tolero por su sangre o alguna estulticia.

—Es probable. Haz actuado como toda una engreída con aires de superioridad, lo cual no usual en ti, Zaf.

—Supongo que debo de disculparme, e incluso con Scorpious.

—¿Mini malfoy?—preguntó Thea con cierto desinterés fingido.

—Lo vi cuando iba de camino a pociones. Se comportó completamente amable, y directamente me dijo que sabía que su familia no me era de su agrado.

—Dime que no lo heriste.

—No, de hecho, fui bastante afable. Le dije que no era personal, que era directamente con Draco, y me propuso ser amigos.

—Es tan... Eww

—Es un chico completamente amable, no lo molestes, Thea.

—Bien, entonces al parecer ahora amamos a los Malfoy aquí.

—No, o al menos por mi lado. Justo ahora, lo menos que quiero es causar algo que me perjudique, y aunque Malfoy me siga pareciendo vil, podría ser hipócrita con él.

—Esa no fue la dirección que quería que tomara mi consejo, pero, funciona.

—Un paso a la vez, Sperandio. Además, cada vez que estoy cerca, o él lo está. Es como si todo se tornara tenso. —sopesé la idea de si contarles lo del espejo.

¿Y si se burlaban de mí?

—¿Pasó algo más?—preguntó Thea con una de sus cejas arqueadas.

—Cuando llegué a la sala de menesteres... Vi algo; quiero decir, yo no sabía qué era. Porque tenía una tela cubriéndolo por completo, y era un espejo; pero no uno normal, él me mostró algo...

—¿Viste el espejo de Oesed?

—¿Cómo sabes de qué habla?

—Mi madre me habló sobre él, antes de llegar a Hogwarts. Me dijo que en cuanto lo viera vería reflejado en él mi más grande anhelo. Algo que desees con mucha fuerza.

—¿Y si aún no conozco lo que fue mostrado?

—El espejo muestra una ventana a lo que tu alma desea. Puede que aún no puedas ponerle rostro a esa ilusión, pero no significa que el reflejo esté errado. Pero dime, ¿Qué fue lo que viste?

Sentí como un remolino de vergüenza me absorbió por completo.

Observé la imagen de mí, una versión más madura, caminando plácidamente por una pradera llena de flores, inhalando el aire fresco, disfrutando del aroma de la gardenias. Observé un reflejo, no era alguien yo conociera, o al menos su rostro no parecía tener forma de ninguna manera. A medida que se iba acercando aquello que borraba su rostro se iba volviendo más y más nítido.

Y lo vi, justo detrás de mí el reflejo de Draco Malfoy.

La escena me pareció una broma de mal gusto; como una pesadilla. Negué, y mediante mi arrebato, tropecé con una superficie completamente resistente. En cuanto noté que el cuerpo de él era el que sostenía el mío, sentí como mis pulmones volvían a respirar.

Comprendí que el espejo lo había reflejado solo porque se hallaba junto a mí.

—Solo diré dos cosas: Káiser Müller—mentí deliberadamente.

—Con esos anhelos que tiene tu alma hasta yo querría vendérsela a Voldermort. —rió Thea escandalosamente.

Káiser era un viejo interés amoroso que tuve hace más de un año; que si me preguntan, fue un completo desastre.

Alguien que pensó que llegaría a ser más inteligente de lo que yo era al engañarme con una chica de su casa esperando a que yo no me enterara.

Haber salido con alguien como Káiser es algo que me mantendría modesta por el resto de mi vida.

—Bien, demasiadas burlas hacia tu persona por el día de hoy—declaró Gaia mientras se limpiaba una lagrima entre risas—. Hablemos de lo importante, ¿Qué planeas hacer con respecto al profesor?

—Ya lo dije, fingir que me cae bien del todo, y que estoy arrepentida de ser completamente honesta. Pero claro, primero tendrá que disculparse conmigo para que yo pueda declarar una tregua.

—Esta vez te apoyaré. No puedes dar un paso si él no desea siquiera alzar el pie.

—Perfecto, mañana sería perfecto para hacerle notar que sigues enojada, y he ahí el momento en el que tendrá que notar que debe disculparse. —observé a mi castaña amiga levantarse de la cama, mirando el reloj de la pared—. Debo irme.

—¿A dónde vas?—interrogué con confusión. Eran las 3 de la tarde, y nuestras clases del día hoy habían culminado hace un poco menos de una hora.

—Iré a la biblioteca.

—¿Tú... irás a la biblioteca en tu hora libre? —inquirió Dorothea, imitando mi gesto—. ¿Quién eres, Zafira?

Me sentí levemente ofendida. Sin embargo, tuve que darle la razón a la rubia.

—Volveré, luego del toque de queda. —explicó arreglando su cabello, y su túnica.

—Estás loca.

—Un poco, sí. No me esperen despiertas.—caminó hacia la salida con una media sonrisa.

La vi cerrar la puerta con delicadeza mientras canturreaba "La vie en rosé"

—Se verá con alguien.

—Pensé que eso estaba más que claro.

—La pregunta es... ¿Con quién?

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¡𝙉𝙤 𝙤𝙡𝙫𝙞𝙙𝙚𝙣 𝙙𝙚 𝙫𝙤𝙩𝙖𝙧 𝙮 𝙘𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩𝙖𝙧, 𝙚𝙨𝙤 𝙖𝙮𝙪𝙙𝙖𝙧𝙞́𝙖 𝙢𝙪𝙘𝙝𝙞́𝙨𝙞𝙢𝙤 𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖! 🫰🏻🥹

Unholy || Mr. MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora