Prisioneros

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POV KIRA

Bitácora de viaje, hace poco estuvimos en Omashu una ciudad del reino tierra, ahí encontramos a el rey Bumi, un viejo amigo de Aang, un viejo y loco amigo. Ahora estamos en un pequeño pueblo, bueno, en el bosque del pueblo, Sokka y yo estamos buscando algo para comer.

–¿Me llamarías loca si te digo que este lugar se me hace familiar? –le pregunto mientras recojo algunas nueces.

–Estas loca pero por otras razones –respondió y yo le lancé una nuez– creo que con estas es suficiente.

Nos pusimos en marcha a donde habíamos dejado a Aang y a Katara sin decir nada, en el trayecto me dedique a ver el paisaje, de verdad que sentía que ya había estado ahí, era un sentimiento extraño.

–Genial volvieron –dijo Aang al vernos llegar– ¿qué hay de cenar?

–Tenemos algunas opciones, nueces ovaladas, nueces redondas y nueces que parecen rocas, que puede que lo sean –dijo sacando las nueces que recogimos.

–Habla en serio, ¿qué más trajeron? –preguntó Katara con una nuez en la mano, yo ya estaba abriendo una.

–Eso es todo lo que encontramos –dije metiéndome un pedazo a la boca y antes de que alguien pudiera replicar se escuchó un gran ruido.

–¿Qué fue eso? –preguntó Sokka.

–No se, vino desde allá –dijo Aang después de que el ruido se volviera a escuchar, el y Katara salieron corriendo en la dirección que señaló.

–¡¿Acaso no deberíamos escapar en lugar de ir hacia el ruido?! –preguntó Sokka levantando las manos.

–Lo preguntas como si no los conocieras –dije levantándome y comencé a correr para alcanzar a los otros dos.

 –Es un maestro tierra –dijo Katara viendo al joven que teníamos al frente, y entonces el sentimiento de antes volvió.

–Vamos a conocerlo –dijo Aang.

–Parece peligroso, hay que acercarse con cuidado –dijo Sokka, pero como es Katara claramente no le hizo caso.

–¡Hola me llamo Katara! ¿Cómo te llamas? –el chico al escucharla dejó caer la roca y salió corriendo y bloqueo la pasada.

–¡Gusto en conocerte! –gritó Aang.

–Solo quise saludar.

–Espera, si el chico escapó algún lado, significa que estamos cerca de un pueblo, y seguramente tiene un mercado –dijo Aang

–Eso significa no más nueces para cenar –dijo Katara emocionada.

–¡Oye trabajamos mucho encontrando esas nueces! –dijo Sokka pero fue ignorado– yo también las detesto.

–Anímate, por lo menos a mi si me gustan –dije dándole un golpe amistoso y comenzamos a caminar.

Llegamos al pueblo y ahí finalmente pude reconocer el lugar, es el pueblo donde trabajó mi padre el primer año después de irnos de la nación del fuego. Estaba con Aang que cambió las nueces que íbamos a comer por un sombrero, de reojo pude ver como Katara entraba a una tienda, así le avisé a los otros y la seguimos, adentro estaba una señora y el chico de antes.

–Eres el chico de antes, ¿por qué escapaste de nosotros? –preguntó Katara, entré un poco más y comencé a ver la tienda, esta en especial me resultaba muy familiar.

–Debes estar confundiéndome con otro chicho –respondió y voltee a verlo, el hizo lo mismo, pude notar que me miraba con sorpresa.

–Por supuesto que no, te vimos hacer tierra control –dijo y la señora, el chico y yo lo volteamos a ver con cierto miedo, rápidamente cerraron todo.

¿Me concedes este baile?/ ZukoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora