Ivette
Mis parpados están pesados y el agua fría escarapela mi cuerpo. Con pesadez abro los ojos por fin y veo a los hombres frente a mí. Todos son robustos y tienen caras feas.
— Te aconsejaría que cambiaras tu cara – hablo con pesadez -, en vez de dar miedo, das risa.
El tipejo se acerca a mí y me da una bofetada que hace que mi labio sangre.
Maldito
— Que patética te vez – espeta el mastodonte
— Al igual que tú, por tenerme amarrada y golpearme en vez de soltarme – me burlo -. Seguro te da miedo que te patee las bolas y te deje sin descendencia.
Mi lengua suelta acarrea a que me den otra tanda de cachetadas, pero ni así puedo callarme.
Siento mi cara pesada, seguro la tengo hinchada por los golpes que eh recibido.
Escucho una tos y me encuentro con una cara que no espere ver aquí.
— ¿Te encuentras bien? – le hablo a Thompson al ver su estado
— Siempre – me guiña un ojo como puede y sonríe.
Las puertas se abren y volteo hacia ella, al ver quien entra me tenso.
— Hola princesita – se burla y mi ira crece más al toparme con su feo rostro.
— ¿Estas obsesionado conmigo? – suelto con amargura – deberías valorarte, por más que lo intentes, tu polla no me convence – le hablo al maldito cara cortada.
Maldita misión
— No te creas tanto – aprieta la mandíbula y habla, sé que mi comentario le toco el ego – solo estas aquí para hacerle un favor al mundo y eliminar tu existencia
— Me heriste el ego – me burlo del patético de Naoki Nakamura – me voy a cortar las venas porque tu comentario me dolió
— Ahorita lo fierecita se te quita – se aleja y sus hombres me toman con fuerza del pelo mientras abren las cadenas.
Aprovecho el momento y como puedo le pateo las bolas a uno de ellos mientras le doy un cabezazo al otro. El momento no dura mucho puesto que me agarran entre dos más y ahora si no puedo ni soltarme.
— Cuidado con lo que haces – le advierte Thompson – sabes lo que te espera si le tocas una sola hebra del cabello
— A mí no me amenaces pedazo de mierda – habla Naoki – ni levantarte del piso puedes, y dudo que vengan refuerzos por ustedes. Los de la central se deben de estar reponiendo, si es que no murieron – se burla
— Que patético te vez Nakamura – rio para que no se note mi preocupación ante sus palabras – tienes que mandar a tus lame culos a hacer lo que no tienes los huevos de hacer. Que desperdicio de líder.
Mi comentario le afecta, lo sé por como aprieta la mandíbula y sin previo aviso, me da una cachetada que hace voltear mi cara y botar sangre por la boca.
— Patético – sigo fastidiándolo
Unas cadenas caen del techo y atan mis muñecas a ellas. Me dejan de pie y lo observo como la escoria que es.
Me echan un balde de agua fría encima y ponen un cable en una de mis piernas.
— Tú castigo será ver como ella sufre – le confiesan a Thompson y el me observa apretando la mandíbula
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Deseo irresistible
RomanceUn pasado misterioso Secretos por descubrir Un deseo irresistible Y un peligro inminente ¿Triunfara el amor?