Parte 12

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Hola! les dejo cap :3 espero lo disfruten y me dejen sus comentarios jejje.


Capítulo 12

Cuando Anneth abrió la puerta, lo primero que hizo fue lanzarse a los brazos de Lidia, y lo hizo con tal ímpetu que la otra chica casi se cayó de espaldas.

—Eh, cuidado —dijo la nueva mujer—. Que mi columna ya no está para caídas.

—Gracias por venir. Necesitaba compañía.

—Sí, y tuve que manejar por una hora para venir a verte. No lo haría por nadie más. ¿Qué pasa?

Anneth sujetó a Lidia de la mano y la metió a la casa. Le dijo que dejara su pequeña maleta donde quisiera y que se pusiera cómoda en la sala. La chica así lo hizo y se dejó caer con gran pereza sobre el sofá. Estiró los brazos y el cuello, que los tenía entumecidos por haber estado tanto tiempo sentada detrás del volante.

—Bien, la cosa es esta —Anneth volvió con dos tazas de café caliente—. ¿Recuerdas que te había dicho que me gustaban las chicas?

—Ajá —Lidia le dio un sorbo a su taza y dejó que la porcelana le calentara las manos—. ¿Qué pasa con eso? No me digas que lo hiciste.

—Pues... sí —confesó Anneth, sentándose al lado de su prima—. Hace poquito y me metí en líos.

—¿Con quién lo hiciste? ¿Cómo fue? Ah, eres una traviesa —sonrió Lidia.

Anneth se ruborizó y cruzó sus bonitas piernas.

—¿Quieres la historia completa o la versión resumida?

Lidia se acomodó en el sofá

—Cuéntamelo todo y exagera.

—Pues... está bien —Anneth jaló aire, se pasó el cabello detrás de las orejas y miró a su prima directamente a los ojos azules. Sin embargo, no le pudo sostener la vista por mucho tiempo, pues Lidia había nacido con una especie de vibra sensual que nadie podía negar—. Todo comenzó cuando nos metimos a bañar, y entonces...

Tras un rato llenó de pervertidos detalles, en los que hasta la misma Anneth perdió el habla durante unos pocos segundos, Lidia estaba como agua para chocolate. Había tenido que apretar rico las piernas y luchar titánicamente contra la tentación de lanzarse sobre Anneth y comérsela a besos. Daba igual que fueran primas. Escucharla contar cómo su jefa le había practicado sexo anal con un dildo, cómo la había agarrado a nalgadas, mordidas y chupetones, y toda la serie de posiciones lésbicas que habían hecho, le provocó a la bella rubia una humedad latente entre los muslos.

—Entonces ¿lo... disfrutaste?

—Ese es el problema —Anneth suspiró y le dio un sorbito a su taza de café—. No fue como lo esperaba.

—¿Y cómo te imaginabas que sería?

—Pues... diferente —suspiró la chica—. Y lo peor es lo del accidente de coche.

—¿Qué accidente? —Preguntó Lidia, acercándose más a su prima. No perdió el tiempo de echarle una rápida mirada a sus piernas, descubiertas por los pequeños y coquetos shorts azules que llevaba puestos.

Anneth, desde luego, no era consciente de esta clase de miradas. Estaba demasiado ocupada contando y gesticulando sobre lo que había pasado con el Audi, y que ahora su primer gran empleo pendía de un hilo.

—Apenas hace seis meses que cumplí dieciocho años y cuando me contrataron en BrandMax, no sabes los gritos de alegría que pegué. Ahora estoy a punto de perderlo todo. Y yo que creí que, acostándome con mi jefa y dejando que ella se diera gusto conmigo, podría escalar más lejos.

[Terminada] Cuando el Karma llega [Historia Lésbica ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora