Parte 7

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Hola! lamento la tardanza. Espero les gusten estos dos caps que les traigo :D y los comenten claro jeje 


Capítulo 7

Esa misma noche.

A Rachel la recibió una combinación de sonidos que nunca antes había escuchado: el tintineo de campanas, máquinas tragamonedas anunciando victorias y las múltiples alarmas de los juegos de azar. Cada tanto, el dulce sonido de las monedas cayendo provocaba risas y gritos de alegría en algún afortunado o, en contraste, maldiciones y sonidos de frustración por alguien que no había sabido usar bien sus cartas. Vio mesas de blackjack y ruletas alienadas, atestadas de jugadores concentrados y ansiosos. Las fichas danzaban entre las manos y se deslizaban sobre las mesas donde hombres y mujeres probaban su suerte e intentaban aumentar sus ganancias.

Las amigas de Anette eran bellísimas. Rachel no había podido quitárselas de la cabeza ni aunque quisiera. Era una lástima que ninguna de ellas tuviera interés en las mujeres, porque de ser así, no habría dudado en hacer alguna jugada para llevarse a una o dos a la cama. Desde luego que eso le hubiese acarreado algunos problemas con Anneth, pero confiaba en que los hubiera podido solucionar.

Después de jugar un rato, el grupo de seis mujeres se fue a sentar en una de las tantas mesas del casino y ordenaron sus tragos. Las niñas, como Rachel les llamaba en la mente, no sabían beber. Era más que obvio. No salían tan seguido como presumían porque tal vez no tenían dinero suficiente para gastarse. Ella sí que lo tenía, pero no por eso iba a desperdiciarlo. Había gastado apenas mil dólares, que para ella no era más que quitarle un pelo al gato y no lo sentía como una gran pérdida si el cambio era pasar más tiempo con Anneth y sus amigas.

Tras un rato conversando, Rachel y Anneth se separaron del grupo y fueron a la barra para estar un momento a solas. Necesitaban descansar de los chismes y las risas de las demás.

—¿Te diviertes? —Preguntó Anneth con una sonrisa pícara—. Estás como pez en el agua. No dejas de ver a Brenda.

Brenda era la mejor amiga de Anneth si podía decirse. Se trataba de una rubiecita bastante linda y de medidas discretas.

—Sí, aunque tú estás más guapa. ¿Quieres tomar algo?

—Oh, no. Ya tomé suficiente. De hecho, se está haciendo tarde y quería irme a casa —Anneth bostezó como para resaltar sus palabras.

—Perfecto —dijo Rachel—. Diles a tus amigas. Las llevaré a todas.

—Estela trajo su coche. Ella les dará el aventón.

—Ah, ¿y qué hay de ti? Te llevo.

—Uhm... creo que jugaré unas rondas más.

—Espera —Rachel sonrió y tomó a la chica de la cintura—. ¿No te he dicho lo hermosa que estás hoy? Es la primera vez que te veo usando un minivestido así.

La joven chica sonrió con rubor en las mejillas y se apartó unos mechones de cabello del rostro. Al mismo tiempo, se bajó un poco el vestido que se le había subido, casi mostrando la curva donde empezaban sus nalgas. Era consciente de que despertaba miradas de deseo, pero exactamente por eso se había puesto esa prenda. Quería saber hasta dónde llegaba su influencia y qué tanta atención podía atraer hacia su cuerpo. Al parecer, Rachel era muy fácil de engatusar.

—No es la ropa que suelo vestir. Solamente cuando me quiero poner un poquito loca la saco del armario.

—Ah, ¿eso quiere decir que te quieres poner loca esta noche?

—Puede ser.

Rachel interpretó esa respuesta como un permiso para acercarse más. Dejó su vaso con hielos en la barra y tomó a su asistente de su estrecha cintura. Era tan esbelta que le parecía tierna, como si fuese a quebrarse en dos durante el sexo, y esa fragilidad sólo hacia querer follarla con más fuerza hasta que doliera y se sintiera rico en partes iguales.

[Terminada] Cuando el Karma llega [Historia Lésbica ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora