Parte 32

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Hola! aquí está la continuación de esta obra :3 


Había una parte de Susan que no acostumbra a odiar a la gente. Una parte que había nacido después de horas de reflexión, de arrepentirse por haberle arruinado la vida a muchos de sus compañeros de la preparatoria, por las lágrimas causadas a quienes no se lo merecían y los momentos difíciles que les había hecho pasar a sus maestros.

Esa parte de ella, relativamente nueva y que era amable y dulce, fiel creyente de que todo en esta vida se pagaba, ahora estaba en conflicto contra su parte oscura y maliciosa; aquella que odiaba a las personas sin razón, que era prejuiciosa y que deseaba el mal.

—No puedo creer que me haya amenazado con sacarme del departamento —dijo Ashley, intentando que no se le quebrara la voz. No había querido decirle a Susan lo que su tío le había dicho, pero su prometida era una mujer altamente sensible y sabía reconocer lo que pasaba, y no había tardado nada en preguntarle qué era lo que la tenía tan triste.

—¿Y no hay manera de hacerlo cambiar de parecer?

—No —Ashley le dio un sorbo al té de frutos rojos que tenía entre las manos. Le gustaba el sabor de la bebida y le ayudaba a tranquilizarse—. Me siento tan decepcionada de él. Se suponía que era la única familia que me apoyaba y ahora...

—Sí que es un perro —dijo Emilio, que estaba escuchando todo con la espalda apoyada en el refrigerador—. No entiendo por qué hay gente así en el mundo. ¿Qué les importa que dos mujeres se quieran casar?

Ashley estaba confundida. No sabía si la negativa de su tío era por un odio hacia la gente homosexual, o si de verdad se preocupaba por que Susan quisiera el dinero de la familia. Sea cual fuese la razón, no había manera de saberlo sin encararlo, y eso era algo que Ashley no iba a hacer porque sabía que Mario jamás cambiaria de opinión.

—No importa —Ashley se limpió las lágrimas y tomó las manos de su novia por encima de la mesa—. Nos tenemos ¿no? Estemos donde estemos, encontraremos la forma de ser felices.

—Exactamente —sonrió Susan—. Y no tengo un mal trabajo como dice ese tonto. Me pagan bien y soy la que tiene más creatividad en el departamento de diseño. Los demás se la pasan copiando publicidad de otras empresas. Yo hago cosas originales y a mi jefe le gusta. Me irá bien.

Emilio sonrió mientras observaba la escena y algo en él se llenó de ternura. Le hubiese encantado tener un acercamiento así con Rafael, apoyarse el uno al otro y planear una vida juntos. Ahora, él se sentía herido, incapaz de saber qué hacer con su vida amorosa.

De repente, y como si los pensamientos de Emilio lo hubiesen traído, Rafael llamó a la puerta del departamento. Nadie lo supo hasta que Susan fue a abrir y vio al papá de su prometida esperando al otro lado.

—¿Qué tal? —Dijo el hombre con voz suave y avergonzada—. ¿Está Ashley o Emilio por aquí?

—Ah... sí, pase.

En cuanto Rafael entró, se enfrentó a la mirada inquisitiva del otro hombre. Emilio cruzó los brazos y lo observó con recelo y una pizca de odio por lo que había pasado días atrás.

—¿Papá? ¿Qué ocurre? —Preguntó Ashley. Se acercó y lo abrazó. Milagrosamente, Rafa correspondió al abrazó o le dio a su hija un beso en la frente.

—¿Cómo estás? ¿Bien?

—Sí... eh, solo estaba... mirando una película triste.

Rafa no se convenció con esa respuesta, pero decidió no preguntar. En vez de eso, su mirada se dirigió hacia su ex novio, y le agradó volver a verle.

[Terminada] Cuando el Karma llega [Historia Lésbica ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora