𝕮𝖆𝖕 4 ❱ 𝖒𝖆𝖊𝖘𝖙𝖗𝖔 𝖍𝖔𝖘𝖙𝖎𝖑 🌷༉

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Está en el patio de la escuela, caminando hacia la salida para ir a su casa. La jornada escolar ya terminó y hay decenas de niños esperando por sus padres para que los vayan a buscar. Tsubasa vive cerca de la escuela, por eso se va solo, coloca el balón a sus pies y corre a su casa dominándolo. Eso hizo durante toda su vida, y le sirvió muchísimo para fortalecer su capacidad de dominio del balón, y también le ayudó a su rendimiento en el fútbol en general. Desea que Educación Física sea una asignatura que lleve nota en el carné, como las clases de Matemáticas, Historia, Ciencias y Arte, por ejemplo, pero es solamente una actividad aparte, aunque obligatoria. En secundaria habrá Educación Física como asignatura a calificar, ya tiene una asignatura que de seguro aprobará, pero el resto no va a ser tan fácil. Viendo su rendimiento en clases actual, el panorama parece desesperanzador para este pobre niño que vive con mucha infelicidad dentro de este edificio en el que se formó durante toda su vida.

─Dime, amigo─ se agacha y toca su balón con una mano─, ¿tienes hambre? ¿Quieres llegar a casa y ver qué es lo que preparará mamá para almorzar?─ le dice en un tono de voz un poco bajo.

─Oigan, ¿y ese loco qué tanto balbucea?─ cuchichean algunos niños que están cerca de él.

─Creo que está hablando con el balón─ ríe otro.

─Es todo un demente.

Tsubasa ya está acostumbrado a esos insultos porque los ha vivido toda su vida. "Demente", "enfermo", "subnormal", "imbécil", "no sirves para nada", "eres un niño bien feo", "eres un niño que no vale la pena", "no sirves para nada", "estás bien tonto", "¿cómo no se te ocurrió antes?", "¿por qué sigues fracasando?"... Su mente es un torbellino de esos pensamientos negativos que no hacen más que angustiar más y más al pobre Tsubasa.

─Y no saben lo que pasó hoy en clase de Matemáticas─ una de sus compañeras de clase se acerca junto a sus amigas a chismosear con esos niños de otras clases.

─¿Qué hizo?

─¿Le dijo a su balón que era su único y mejor amigo?─ pregunta uno de esos niños, en un tono burlón.

─No, aunque sí lo ha hecho.

Los niños se ríen, y la niña sigue con lo que estaba diciendo:

─Hoy teníamos que hacer operaciones combinadas, que son la cosa más fácil del mundo, y el maestro le dice a Tsubasa que pase al frente y haga la primera, pero el muy inútil solo se quedó parado, duro como una piedra, sosteniendo el marcador.

─¿Operaciones combinadas? Pssh, qué estupidez, yo aprobé con diez el último trabajo, no tuve ni un solo error.

─Yo tampoco tuve ningún error.

─Y eso no es todo: el maestro le dijo a Tsubasa que hiciera la segunda operación luego de que Kiyoko, una compañera, hiciera la primera a modo de explicación para él, pero estuvo quince segundos para multiplicar nueve por tres...

─¡¿Qué?!

─¡Pero habrá que ser idiota para no saber hacer esa multiplicación tan fácil!

─Lo sé, Kiyoko lo rezongó, y el maestro se enojó porque Tsubasa nunca presta atención, y eso lo hace sentir terrible, porque dice que gasta muchas horas en la escuela enseñándonos, y él parece que tuviera la cabeza en un estadio de fútbol en vez del salón de clases porque literalmente no sabe hacer nada.

─Es un tonto─ todos los niños se ríen. Tsubasa tiene la cara roja de la vergüenza y las lágrimas apunto de escapar. Entonces, para que nadie lo vea, se va corriendo de una vez por todas a su casa, al único lugar con gente donde se siente a salvo, porque después de todo, ahí viven sus padres, las únicas personas a las que quiere con todo su corazón.

𝗘𝗟 𝗥𝗘𝗖𝗨𝗘𝗥𝗗𝗢 𝗗𝗘 𝗠𝗜𝗦𝗔𝗞𝗜 ❱ 𝗖𝗧 ✔ #CTAwards2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora