nueve.

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Merlina no lo aceptaría públicamente, pero Enid es mejor compañera de experimentos que Pugsley. Excepto por el hecho de que la niña parece odiar cuando Merlina usa animales para probar alguna de sus teorías, por lo que ha tenido que usar sus propias muñecas para los intentos de asesinatos.

Enid vive prácticamente en la mansión de los Addams. Los Sinclair parecen tener demasiados hijos para preocuparse por no tener a una en la casa y los Addams no pueden evitar sentirse entusiasmados de que Merlina finalmente tenga una amiga para no invitar a Enid a todo lo que se les ocurra.

Hasta que Enid se rompe el brazo.

Es un accidente. Están jugando a policías y ladrones en el cementerio y Merlina ni siquiera logra decir algo cuando nota por donde Enid está corriendo porque la rubia ya está cayendo tres metros dentro de una de las tumbas abiertas.

—¡Enid! — Pugsley llora a un lado mientras Merlina se arrodilla frente a la tumba para ver a Enid tirada encima de la tumba de su tataratatara abuelo.

— ¿Enid? — Merlina pregunta preocupada de haber matado a su amiga.

— ¡Estoy bien! — Enid responde entre dientes, claramente no bien, tratando de pararse sobre el ataúd de madera. Enid parece fijarse finalmente sobre lo que ha caído y grita volviendo a resbalarse hacia atrás.

...

Los Addams tienen que llevar a Enid al hospital.

En la sala de espera, mientras espera que le hagan una radiografía a Enid, Merlina puede ver el rostro de Esther lleno de furia dirigido a ella.

...

— Mi mamá no quiere que seamos amigas — es lo primero que Enid le dice, apenas llega a clases junto a su nuevo yeso en el brazo unos días después. — Me prohibió ir a tu casa.

Merlina no dice nada, no ha visto a Enid desde el hospital y lo primero que le dice solo hace que se hunda en la silla evitando mirarla. Siempre es igual. Su madre no tenía la razón, es imposible para ella tener amigos. Es su culpa que Enid se halla roto el brazo y lógicamente no quería estar con alguien que ponga en peligro su vida cada 24 horas.

— ¿Mer?

Merlina la vuelve a ignorar. Está demasiado enojada y triste para poder pensar en algo que decirle. Solo quiere irse de la habitación. Alejarse lo más posible de Enid hasta nuevo aviso.

— ¿Merlina?

Enid se acerca a ella poniendo su rostro enfrente de ella y Merlina gira el suyo hacia la ventana.

— Ya no es necesario que me sigas hablando. — Merlina dice apretando los puños y odiando como le hace sentir todo esto.

— ¿Qué?

— Si vas a dejar de ser mi amiga, lo mejor será que no nos hablemos más.

— No voy a dejar de ser tu amiga.

Merlina la regresa a ver confundida.

— ¿No?

Enid niega con la cabeza fuertemente. — ¡No! Eres mi mejor amiga, por siempre, ¿recuerdas?

— Pero tu mamá...

— Lo sé, lo sé, pero espera, — Enid rebusca algo en su mochila y saca un objeto de plástico negro poniéndolo en la mesa de Merlina — mi papá nos compró esto.

Enid le sonríe mostrándole el aparato.

— ¿Qué es eso?

— Un walkie-talkie. ¡Así podremos hablar sin que mi mamá se entere y escaparnos! Este es tuyo, y el mío está en casa. No tienes idea de cuánto le rogué a mi papá para que me lo comprara. ¡Pero funcionó!

Merlina solo puede abrir la boca tratando de formular alguna palabra, pero su cabeza aún está atrapada en el hecho de que pensaba que Enid iba a dejar de hablarle. Era increíble como Enid siempre la dejaba sin saber qué decir.

— ¡Sinclair! ¡Addams! ¡Hagan silencio!

Es salvada esta vez por su profesora, pero seriamente debe comenzar a trabajar en poder reaccionar ante Enid.

....

Si Esther había querido evitar que sigan viéndose, se hace mucho peor con los walkie-talkies. Enid se escapa de casa todo el tiempo y cuando no lo hace le habla por hora por el aparato que Merlina lo tiene al lado de su mesa de estudio. Incluso Homero y Morticia tienen que ponerle un horario para que vaya a dormir.

Y sí, quizás Enid no pasa tanto tiempo en su casa como antes, pero las escapadas al parque solo para verse son igual de emocionantes que los experimentos de tortura que hacía con su hermano.

....

Nero muere a comienzos de invierno.

Hay cuatro niños. Tres la sostienen contra una pared mientras otro de ellos se dirige hacia Nero con su bicicleta. Merlina cierra sus ojos, rendida ante lo que va a pasar. Y así Nero está muerto.

Lo entierran en el cementerio de la familia y Enid está en el funeral sosteniendo la manga de su saco.

Cuando todos se van y Merlina cae de rodillas a llorar, Enid la abraza pasando ambos brazos alrededor de ella. Es la primera vez que la ve de esta forma y Enid lo odia tanto que no puede evitar el gruñido que emite desde el fondo del pecho.

— Los mataré. Cuando sea grande, los mataré. — Enid dice demasiado enojada para pensar sus palabras.

Merlina simplemente recuesta su cabeza sobre el pecho de Enid. Sabe que posiblemente Enid no los va a matar porque Enid no puede lastimar a una mosca, pero solo el hecho de escucharla decirlo la hace sentir un poco mejor.




N/A: alerta de evento canónico (desviado?)


EN OTRO UNIVERSO; wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora