EN OTRO UNIVERSO; wenclair

diescisiete. 1/4

Merlina no puede dormir. Ha dado vueltas en su cama dos veces tratando de encontrar una mejor posición, pero el sueño sigue sin llegar.

Mañana, finalmente, Enid y ella se van a Nevermore. Y Merlina por primera vez en su vida está preocupada por sí misma.

El problema es este: ha contado sesenta y dos días, tres horas y quince minutos desde que sabe que está enamorada de Enid y no tiene ni la menor idea de qué hacer.

No es nada como lo cuentan las novelas románticas que Enid ha hecho que lea para poder tener algo que conversar juntas. No hay mariposas en su estómago, ni cosquillas revoloteando en su pecho; solo un dolor punzante, una presión que parece brotar desde sus costillas cada vez que recuerda que está enamorada de su mejor amiga, de su única amiga.

Nunca tuvo que haber pasado.

Merlina había ensayado mentalmente su papel en la vida de Enid: Enid iba a ser su mejor amiga por toda la vida. Algún Enid se casaría y Merlina sería su dama de honor en una boda gigantesca en la mansión de su familia, Enid sería feliz y tendría finalmente la familia que se merecía mientras Merlina escribiría sus libros y se los dedicaría a Enid. Ese era plan.

O al menos, lo que había imaginado que sería su vida en los próximos años.

No era querer sostener su mano cada vez que estaba triste, ni quedarse despierta durante sus pijamadas para poder acariciar el cabello de Enid mientras dormía. Ni disfrutar tanto que Enid se acurrucara al lado de ella, o el modo en que las palabras dulces de Enid aceleraban su pulso.

Ese no era el plan. Se suponía que nunca necesitaría a nadie más que a sí misma, que odiaba las cursilerías y todo lo romántico. Y sin embargo, aquí estaba, asfixiandose de pensar que podría ser solo una espectadora de la vida de Enid y a la vez, con miedo de arruinar la relación con la única persona que se ha quedado a su lado.

Se sentía terrible. Una idiota.

Enid era su mejor amiga.

Su única amiga.

Merlina se había prometido en acabar con su estúpido enamoramiento durante los dos meses antes de ir a Nevermore. Claramente no había funcionado. De hecho, estaba empeorando, más aún cuando ahora era plenamente conciente de sus sentimientos.

Merlina se lleva la almohada encima de su cara intentando sofocarse. Si pudiera, se enterraría viva en el cementerio familiar y acabaría con todo de una vez.

...

El viaje hacía Nevermore es agotador. Después de todo, Merlina casi no durmió la noche anterior. Ni planea hacerlo ahora.

No cuando Enid pasa casi todo el camino dormida en el regazo de ella, y aunque sus piernas están entumecidas, Merlina no dice nada.

El cabello de Enid cae desordenado por su rostro cubriendo las cicatrices que adornan sus mejillas. Sin darse cuenta, Merlina extiende la mano para apartar con suavidad algunos mechones, deslizándolos detrás de su oreja con cuidado de no despertarla.

Siente la suavidad del cabello entre sus dedos... Y ahí está de nuevo: esa sensación punzante en su pecho, como una daga que no logra arrancarse.

"¿Acaso sientes lo mismo que yo?" La pregunta flota, sin forma y sin permiso, pero Merlina la destierra a los rincones más oscuros de su mente. Está cavando su propia tumba con esos pensamientos.

Desde el asiento de enfrente, Morticia observa la escena con discreción. Merlina percibe la mirada de su madre, y retira su mano del cabello de Enid, sintiendo el calor del rubor que asoma en su rostro.

Su madre lo sabe. Lo puede ver en la sonrisa condescendiente que le está dando en este momento. Merlina la ignora, no va a hablar sobre esto con ninguno de sus padres. Tal vez incluso sea pasajero.

Es posible que en unos meses el monstruo que ella misma dio vida desaparezca.

¿No?

....

N/A:

Un poquito corto pero es para volver a tomarle el ritmo a la escritura :)

He dividido en cuatro partes esta último tramo del fanfic, espero terminarlo antes de diciembre... y si no pues pueden hacerme macumba.

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