EN OTRO UNIVERSO; wenclair

catorce.

Merlina nunca había sentido repulsión por la sangre hasta el momento en que vio a Enid ensangrentada por primera vez.

- No puedo... no puedo llevarla al hospital - el papá de Enid dice casi llorando. Merlina tiene que sostenerse de la puerta para no tambalear hacia atrás.

Era invierno.

Se acercaba la hora de la cena y su familia estaba en el comedor colocando los platos. La puerta había sonado y Merlina se había levantado a abrirla.

- No deja de sangrar - el hombre explica como si no fuera demasiado obvio por el hecho de que hay sangre resbalandose por la mandíbula de Enid.

Murray tiene a Enid pegada a su lado, presionando una toalla sobre su cara y Merlina puede ver cómo el trapo está empapado de sangre.

Es incapaz de articular una palabra y Merlina sabe que ha abierto la boca para decir algo, pero la siente pesada, como si estuviera cargada de plomo.

Enid estaba perdiendo demasiada sangre.

¿Así se sentía estar paralizada?

- ¿Cuánto tiempo lleva así?

Su mamá la aparta hacía un lado y agarra a Enid.

Merlina comienza a sentir como los oídos comienzan a timbrar.

- Unos veinte minutos - Murray responde tenso.

Acaba de pasar. Los Sinclair vive a quince minutos de su casa.

- Necesita puntos. Llama a la abuela. - Su mamá le dice a alguien, antes de girarse con Enid aferrándose a ella, dirigiéndose hacía la sala.

Merlina trata de ir detrás de ellas pero su papá la detiene.

- Merlina - Gómez se coloca frente a ella. - Vas a asustarla más.

- ¿Qué? - Merlina logra responder su voz temblorosa.

Es un tirón brusco en su conciencia. La mirada de preocupación de su padre le atraviesa y Merlina maldice internamente al darse cuenta que acababa de entrar en shock desde el momento que abrió la puerta.

Merlina siente el impulso de esconderse bajo tierra y pretender que la sangre de otra persona no la ha afectado tanto. Pero es demasiado tarde. Su padre le regala una sonrisa suave antes de darle unas palmaditas reconfortantes en la espalda.

- Deberías ir por gasas.

Merlina asiente, tratando de escapar de la mirada de su padre.

Es una Addams, se repite. No debería sentir repulsión a la sangre.

...

Enid tiene la mitad de la cara marcada por tres garras que van desde la frente hasta la mejilla. Una de ellas se ve demasiado profunda. Merlina calcula que van a necesitar probablemente ocho puntos para cerrar esa herida.

En algún momento, Merlina toma la mano de Enid entre las suyas. Trata de ignorar la sorpresa en el rostro de su madre, pero la mano de Enid está temblando y es todo lo que puede hacer. A pesar de que parece ser de poca ayuda para calmar a la rubia, Merlina puede sentir cómo Enid aprieta su mano cada vez que la aguja penetra en su piel.

El pecho de Merlina se retuerce cada vez. No sabe si está enojada o frustrada pero si tiene algo claro: Va a matar a Esther. La va a matar.

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Si Merlina no mata a Esther esa noche (ni los días siguientes) es únicamente porque Enid se lo pide.

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Merlina sabe que algo está mal con ella por la necesidad apremiante que siente de consolar a Enid.

Merlina odia que la toquen. Lo odia demasiado. Pero no puede dejar de querer tener a Enid a lado suyo. La necesidad está casi engravada en su esqueleto y la puede sentir casi con un campo magnético empujándola hacia Enid.

Es ella quien le ofrece la mano a Enid y también es ella quien permite que Enid se acurruque a su lado sin decirle nada.

No es la primera vez.

Pero quizás no lo había notado tanto hasta el momento en que su madre la separa de Enid porque necesita ducharse. O quizás si lo sabía, pero siempre había sido en la privacidad de la habitación de Enid cuando dejaba que la otra chica haga lo que quiera con ella que ahora bajo la mirada de su madre se siente como si acabara de revelar el peor de sus secretos.

Cuando Enid se va, su mano sigue templada con el fantasma del contacto de la otra chica.

Merlina trata de racionalizarlo, al menos por esa noche, pensando que lo hace porque no confía en que Murray no regrese a su casa y al menos así puede evitarlo y mantener a Enid a salvo.

Aún así, Merlina no puede quitarse el pensamiento de que acaba de perder la cabeza.

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Murray le pide el divorcio a Esther la mañana siguiente y en menos de una semana, la mujer y los hermanos de Enid estan en San Francisco.

Todo cambia drásticamente después de eso.

N/A: ¿me extrañaron? yo sí. estuve algo ocupada con la vida (buscando entradas para olivia rodrigo) pero I AM BACK y lista para acabar esta historia. el siguiente capítulo es mi favorito ^^