Unas rápidas pisadas se oyeron subiendo las escaleras y luego un sonoro portazo.
-¡Ey! ¿qué te pasa?- preguntó Gaby malhumorada porque al fin estaba logrando dormirse después de todo el ajetreo de esa noche.
-Nada- respondió Helena de mala manera y se sentó en la cama para quitarse el calzado con mayor comodidad. Sus mejillas estaban más coloradas de lo normal a causa de su enojo.
-¿Qué fue todo ese griterío que se escuchó abajo?
-¡Ya te dije que no fue nada!
-¡Ey! no me contestes así, yo te estoy hablando bien a pesar de que me hayas despertado.
Helena la miró mal y gruñó un “perdón” por lo bajo. Destendió la cama y se metió entre las sábanas frescas, que aliviaron brevemente el calor del ambiente.
La habitación de las mujeres era amplia. Contaba con dos camas individuales de una plaza y media; a la derecha la de Gaby, y a la izquierda la de Helena, separadas por un metro de largo, y en medio, dos pequeñas mesas de luz con sus respectivas lámparas y portarretratos. En la de la mayor, se apreciaba una fotografía reciente de la familia, solo los cuatro, obviamente sin Franco. Por el contrario, la imágen de la menor era más vieja, de cuando aún eran niños.
Del otro lado de la cama de Gaby se encontraban dos puertas. Una llevaba a un pequeño pero cómodo baño y la otra a un gran closet, abarrotado de ropa. Del lado de Helena se hallaba un inmenso ventanal sin cortinas, que la adolescente miraba hasta quedarse dormida. Y esta vez quiso hacer lo mismo. Ni bien se acostó le dió la espalda a su hermana y observó el cielo oscuro, pero Gaby claramente no la dejó.
-¿Por qué pelearon esta vez? ¿Fue por esa estupidez que hiciste de salir corriendo de la casa?
La adolescente puso los ojos en blanco y emitió un corto suspiro, pero no dijo nada, estaba bastante cansada para volver a discutir. Pero Gaby no iba a quedarse sin chisme, así que salió de su cama y con un salto aterrizó en la de su hermana, aplastándola.
-¡Ayyy! ¿qué haces? sal de aquí- Gaby rió mientras Helena se incorporaba rápido.
-¿Fue por eso?
-¡Si! ¿por qué más iba a ser?- contestó impaciente porque la dejara en paz.
-¿Le pediste perdón?
-¿Yo? ¿por qué razón debería disculparme?
-Ay Lena, debes entenderla, ella estaba muy preocupada por tí, casi se pone a llorar.
-Mira, me hubiese disculpado, pero no perdió un solo minuto para atacarme e insultarme.
-Tiene razón, lo que hiciste fue una idiotez, pudiste haber muerto.
-¡¿Tan difícil es entenderme?!- exclamó en un tono elevado de voz. -Tú hiciste muchas pavadas por Nino, un chico que apenas conoces, ¿por qué yo no iba a salvar a Diego que es casi como un hermano? ¿Qué debía hacer, dejarlo morir? ¿así iban a estar contentos?
-Ya, no me contestes así, estás insoportable, no se puede hablar contigo.- dijo enojada, más por el comentario sobre Nino que por otra cosa.
-¡Te dije que no quería hablar pero tú me obligaste! Ahora no te quejes y déjame tranquila.- Helena se acostó nuevamente y le dió la espalda a su hermana. Cuando ésta pareció sucumbir al sueño, la menor se volteó y miró hacia la fotografía en su mesa de luz. Recordó la historia, era el día del padre y Franco se veía muy sonriente mientras abrazaba a sus tres pequeños.
Sara no aparecía en la foto.
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La mañana no resultó muy tranquila tampoco, se habían dormido demasiado tarde y era muy temprano cuando se levantaron.
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Dulce Helena (pasión de gavilanes)
FanfictionFranco Reyes partió de su casa abandonando a su esposa e hijos y Sara Elizondo se hace cargo de ellos. La menor de los Reyes Elizondo, Helena, una chica que apenas esta entrando en la adolescencia, se enfrenta a un grave problema... Un misterioso h...