Dulce Helena (pasión de gavilanes)

Capítulo 9: ¡No me merezco esto, mamá!

Sara caminaba rápido y con pisadas firmes por los pasillos de la escuela. Seguía sentada a orillas del lago cuando recibió una llamada de la institución; su hija menor le había faltado el respeto a uno de los profesores, así que debía ir inmediatamente a hablar con el director. 

Cuando llegó a la oficina, afuera se encontró a Helena sentada con mala cara en una silla. En cuanto la joven vió a su mamá, se puso de pie, e intentó explicarle a una muy furiosa Sara lo que había ocurrido.

-Me dijeron que le faltaste el respeto a tu profesor.

-Eso no es cierto. Más bien, él fue irrespetuoso con Emilia, le hizo un comentario despectivo sobre su color y su clase social, y yo solo la defendí, pero en seguida Carreño se burló de que mi papá me había dejado.- A todo esto, Sara miraba a su hija con cara de pocos amigos.

-¿Acaso tu me ves cara de estúpida?

-¿Qué?- preguntó completamente desconcertada.

-No me creo ninguna de tus mentiras jovencita. Es muy bajo que intentes ganarme con la triste historia de tu imbécil padre. 

-Pero… ¡te estoy diciendo la verdad! Carreño me dijo que yo era una maleducada, y que qué se podía esperar de alguien que no tenía padre.

-Quizá te lo dijo porque tiene razón- la adolescente respiró profundo, haciendo un enorme esfuerzo para evitar llorar, le dolía en el alma lo que su madre le decía, sin embargo, quiso intentar hacerle entender.

-No, no tiene razón, yo no soy una maleducada y no fui irrespetuosa con él, yo solo le dije que…

-Ay ya cállate Helena, eres igual de mentirosa que tu padre. Estoy muy decepcionada de ti, y desde ya te advierto que estás castigada.- antes de que la muchacha pudiera responderle, le dió la espalda y entró a la oficina del director. 

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Sara quedó con la boca abierta cuando el director le confirmó la historia de la joven. Le contó las cosas exactamente como Helena se las había dicho. 

-¿Pero cómo sabe que lo que mi hija dice es cierto?

-Mire, le preguntamos a varios de sus compañeros y todos cuentan la historia igual a como me la contó ella. Además, no es la primera vez que recibimos quejas del profesor Carreño, así que no me extraña para nada lo que cuenta la muchacha. 

-Entonces, ¿ella no fue irrespetuosa?- el director negó con la cabeza.

-No señora, en ningún momento. Helena siempre se ha destacado por la correcta forma de dirigirse a sus profesores y compañeros, puede quedarse tranquila- Sara le sonrió, pero lo último que estaba era tranquila, ahora le pesaba lo que le había dicho a su hija, siendo que ella tenía razón. 

Ambos se despidieron y la mujer salió. Se encontró a Helena sentada en la misma silla que antes, pero ahora perdida en la pantalla de su celular. Cuando se asomó, alcanzó a ver un viejo chat con Franco. 

La joven le escribía enormes párrafos, probablemente narrando todo lo que le ocurría, sin embargo como era de esperarse, cada mensaje tenía un solo visto. Ni siquiera le llegaban. En cuánto la rubia giró la cabeza vio a su madre parada detrás de ella, así que apagó el teléfono, tomó la mochila y empezó a caminar sin decir una sola palabra.

-Hija, discúlpame si.

-¿El director te corroboró mi historia?- asintió.

-Perdóname, estaba enojada, no quise decirte eso- Sara levantó su mano para acariciarla pero Helena se movió.

-Si, si quisiste. Vámonos.- contestó y las dos caminaron en silencio hasta el auto.

Una vez en el vehículo, Sara intentó disculparse una vez más-Mi niña, estoy orgullosa de ti, sabes- Helena giró la cabeza rápidamente hecha una furia.- Me enorgullece saber como defendiste a tu amiga después de lo que dijo ese profesor.