Capítulo 8: Un extraño primer día

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Después de las tres primeras clases, llegó el patio. En este, Leah le presenta a Kat a sus amigos de la infancia: Rick y Kelly. Ambos vestían con estética gótica. Rick era un chico mulato. Kelly era unca chica de ascendencia irlandesa. Piel blanca, ojos verdes y cabello rojo rizado. Ambos junto con Kat, quien vestía ropa negra, formaban una estampa desoladora. Sin embargo, con la ropa colorida y la actitud positiva de Leah, parecía que aquello era un chiste malo.

—Qué bien que a Leah no le ha tocado formar pareja con An —comentó Kelly—. Esa chica tiene cara de oler un pedo constantemente en su cara. Sería más guapa si dejase de oler pedos.

—Sois primas, ¿no? —preguntó Leah. Kat respondió asintiendo porque estaba comiéndose su bocata—. ¿Es igual en casa?

—No llevo mucho tiempo en la casa familiar.... Así que no sé si es así siempre, pero esta mañana en el desayuno no tenía cara de perro.

—No hablemos de esa amargada. Mejor hablemos del trabajo. ¿Ya tenéis pensado de que va a ir vuestro trabajo? —preguntó Rick.

—No, aún estamos en ello. Hay demasiados temas de los que se pueden hablar en relación a los cometas —respondió Leah—. ¿Y vosotros?

—Estamos pensando en hacerlo sobre la importancia de los cometas en la prehistoria. Por lo visto en las cuevas de las montañas se han encontrado pinturas haciendo referencia a un cometa que pasa cada trescientos años y significaba el inicio de un nuevo ciclo, renovación de los recursos y alejaba a los malos espíritus.

—Por desgracia —dijo Kelly—, no pasará hasta dentro de ciento cincuenta años.

—Actualmente, no se sabe a cuál cometa se hacía referencia en las cuevas ni en los escritos antiguos, pues las descripciones que se dan en los tratados antiguos que se conservan en la biblioteca no concuerdan con ningún cometa registrado hasta la fecha.

—Puede que este sea el comenta.

—Os gusta mucho la historia de la ciudad —comentó Kat.

—La verdad es que es jodidamente interesante. Es muy recomendable ir a la biblioteca y tomar alguno de los tratados. Por su puesto, son transcritos o fotocopias. Los originales están guardados bajo llave para evitar que sean dañados accidentalmente o voluntariamente.

—Y el museo también está muy bien. Además, dan muestras de chocolate artesanal.

—Tu siempre piensas en lo que te puedes llevar de los lugares. Qué vergüenza me hiciste pasar la vez que te llevé a una exposición de Harry Potter.

Los tres se pusieron a discutir sobre sus cosas. Como Kat aún no sabía nada sobre el grupo de amigos, prefirió buscar a su prima y confirmar aquella cara de oler mierda constantemente que le habían contado.

An estaba junto con Derek yendo hacia la mesa de los jugadores de baloncesto. Como si de una serie de Netflix se tratase, todos ellos iban con camisetas rojas con su nombre y su número en la espalda y en la parte de delante el nombre del equipo de baloncesto: "Els linxs d'Uriol". Aunque estas camisetas eran más parecidas a las que se hacían para paellas, pues las encargaron al mismo tiempo.

Al ver su rostro, Kat vio que no ponía cara de asco. Así que la cara de asco solo se la ponía al grupo de Leah.

—¿Qué vas a hacer? —le preguntó An a Derek—. Hoy ni si quiera se ha presentado. ¿Vas a hacer el trabajo solo?

—No voy...

Antes de poder continuar hablando, un grito aterrado de una chica los interrumpió. Todos en el patio se giraron hacia el lugar donde provenía el grito. Una chica de no más de doce años había chocado contra Jack, el cual era alto y con aspecto fuerte. La chica estaba corriendo, jugando con unas amigas, no se había dado cuenta de contra quien había chocado hasta que levantó la mirada y se encontró con Jack. Nada más reconocerlo, gritó por el miedo. Todos allí conocían su temperamento explosivo y violento y su facilidad para meterse en peleas. Le deba igual contra quién. Ya fuese hombre o mujer. Niño o anciano. Uno o varios. Fuese humano o no.

Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora