Capítulo 10: Gimnasia

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Después de cambiarse para la clase de educación física fueron al patio a reunirse todo el curso. Mientras iban llegando, el profesor, Julio, le fue presentando a sus otros compañeros de clase. En total, aquel curso eran tan sólo quince personas siendo seis chicas y nueve chicos. Uno de entre los cuales se encontraba el imbécil de Leo. Al verlo, Kat comprendió que no se podría librar de este en todo el curso. Este, de un momento a otro, se giró hacia su dirección, encontrándose con Kat. Él se puso completamente rojo y se volvió a girar para hablar con sus amigos. Kat supuso que este se había avergonzado al darse cuenta que la chica con la que había sido un completo capullo estaba en su misma clase. Ella se rio por el acto, pareciéndole adorable.

—¿De qué te ríes? —le preguntó Gerard, quién estaba a su lado y no había escuchado que ninguno de los amigos de Kat hubiese dicho nada para hacerla reír.

—De nada... de nada... Oye, ¿estás bien bajo el sol?

—Sí, ¿por qué no iba a estarlo?

—No eres un... No, nada, por nada.

Antes de poder continuar con su conversación y conocerse un poco más, el profesor llamó la atención de todos.

—Este mes haremos algunas pruebas de atletismo —explicó Julio—. Iremos a la pista para comenzar con las carreras.

La clase se dirigió sin rechistar hacia la pista de atletismo. Julio les hizo dar unas cuantas vueltas para calentar y comprobar la resistencia. Quienes iban a la cola eran Kelly, Rick, Leah y Kat, pues a Kelly le costaba correr y mantener el ritmo por su baja forma física. Aunque Rick tampoco era capaz de seguirles el ritmo al resto. La mayor parte de la clase se encontraba en el medio, a una corta distancia del cuarteto. Más allá de estos había una competición silenciosa entre Gerard, Leo, Derek y Alex por ver cuál de los cuatro era más rápido. Por otro lado, estaba Jack, quién no quería correr. Aunque, después de hablar con Julio, se puso a correr en la pista.

Al ver cómo se unía al grupo, Derek redujo la velocidad para adecuarse a la de Jack. Ambos se fueron quedando por detrás de todos. Jack iba sólo a paso rápido.

—Es genial que hayas decidido unirte a la clase. ¿Sabes? Correr ayuda a oxigenar el cerebro y ayuda a liberar tensiones. A mí me ayuda a olvidarme de los problemas.

—Eso me ha dicho Julio.

—Estábamos haciendo una carrera para ver quién es más rápido, ¿te apuntas?

—No voy a correr.

—¿No quieres participar? ¿Es porque sabes que vas a perder?

—No.

—No es verdad. Sabes que eres más lento que nosotros y por eso no quieres competir contra nosotros.

—No.

—¿O es que tienes miedo de que todos sepan que Leo es mejor que tú?

—Tres.

—Espera, espera. Sé que te he estado pinchando demasiado, pero no es como para ponerse así.

—Dos.

—Lo siento, lo siento, ¿vale?

—Uno —después de terminar de contar, Jack salió disparado, dejando atrás a un desconcertado Derek, quién no podía creerse que pincharlo hubiese funcionado tan bien. Demasiado bien, a decir verdad, pues Jack había salido disparado, llegando en poco tiempo hasta la cabeza del grupo.

Gerard y Leo estaban compitiendo por ver quién era el más rápido, siendo seguidos muy de cerca por Alex. Estaban tan concentrados en su rencilla que no se dieron cuenta cuando llegaba Jack desde atrás. Apenas fueron capaces de reaccionar cuando este se puso a su nivel. Al verlo pasar como si nada, ambos se esforzaron de sobremanera para estar a su nivel. No iban a permitir que un humano los ganase. Alex se esforzó de sobre manera para mantenerse detrás de ellos.

—Yo también quiero competir —dijo Kat antes de lanzarse un hechizo para correr más rápido.

Antes de poder reprocharle algo, Katya se encontraba al lado del trío, compitiendo por ver cuál era más rápido. Aguantaron un par de vueltas así, pero no podían aguantar para siempre.

El primero en ceder fue Leo. No podía aguantar el ritmo. El vio como su enemigo, Jack, continuaba junto con los otros dos. Se sintió débil e insignificante. Tuvo que atravesar el campo de fútbol, viendo cómo los otros tres continuaban corriendo. Sus piernas cedieron a mitad de camino hacia las gradas, terminando tirado en la hierba del campo de fútbol.

El trío aceleró el ritmo, esperando que los otros cayesen antes que ellos. Pero no fue hasta después de diez vueltas más, que alguien cayó. Ese fue Jack, sorprendiendo a todos. No por no haber aguantado frente a Gerard, sino por haberle aguantado tanto tiempo el ritmo y aun así volver tranquilamente andando hasta las gradas. No parecía agotado. Sólo volvió a beber de su botella de agua.

Kat tenía una idea de que era Gerard, por lo que sabía que era incapaz de ganarle, pues la resistencia de Gerard era infinita, mientras que su maná no. Por lo que, una vez se sintió satisfecha, paró y fue a las gradas a beber agua como lo hizo Jack.

—Vaya, eso ha sido increíble —comentó Gerard caminando a su lado—. No me esperaba que ese hechizo pudiera aguantar tanto.

—Lo he alargado usando grandes cantidades de maná. Pero a pesar de tener gigantescas cantidades de este, no son infinitas.

—Wow. Supongo que debería de esperarmelo de la heredera del clan de Obarahana, pero, sigue siendo jodidamente impresionante. Eres inmensamente fuerte —el halago provocó un fuerte sonrojo en Kat. Al verla con este, Gerard no pudo evitar pensar que se veía muy linda así. Aunque le gustase verla así, la curiosidad le ganó—. Oye, tú que eres hechicera tan buena y puedes ver o sentir magia... ¿Jack ha usado magia? —preguntó curioso. Nadie allí era capaz de comprender cómo un simple humano había sido capaz de algo así.

—No —respondió ella, sintiendo esa misma curiosidad por saber que era Jack. Porque eso no lo podía hacer un humano. Era imposible que fuese un simple humano. Al ver aquella muestra de lo que podía hacer, comprendió porque nadie hizo nada para ayudar aquella pobre niña—, es completamente su fuerza.

Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora