Capítulo 5

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Había llegado el día.

En esa misma mañana, se llevarían a todos los chicos de 22 años al Auditorio Central para sus respectivas presentaciones de los Proyectos de Salvación.

El Auditorio era una enorme edificación ovalada. En su interior, los asientos se situaban en forma semicircular alrededor del escenario, donde se colocaría cada uno de los chicos a exponer sus ideas.

Jaim conocía todo el protocolo a seguir: los muchachos que no tuvieran ideas y que no se inscribieran al sorteo para ser un Tomrow, tendrían que llevárselos el día siguiente a la Riviera y hacer su jugada. Mientras que los que se inscribieran al sorteo y no fueran escogidos, en un año tendrían el mismo fatídico destino que los demás.

Había evitado de cualquier forma que le asignaran un Objetivo mediante sobornos o mentiras. Pero esta vez, la doctora Listar lo tenía en la mira. Si no hacía su trabajo, sería despedido y castigado.

No quería ser torturado, por supuesto. Puede que haya estado deseando la muerte, pero no de una forma tan cruel como lo sería si se rebelaba, así que optó por ser valiente y aceptar todas las consecuencias que conllevaba su trabajo.

El Auditorio estaba completamente lleno, ocupado en su mayoría por las autoridades y distintos profesionales de gran renombre que se ocuparían de juzgar lo eficaces que serían los proyectos que presentarían los jóvenes.

Jaim encontró la sección dentro del Auditorio donde se sentaban todos los Tomrows del país. Llevaba puesto su uniforme de Capitán, que constaba de una chaqueta de cuero larga de color azul oscuro similar a una gabardina y unos vaqueros negros que hacían juego con su alborotado cabello.

Con una cordial reverencia en señal de saludo hacia sus demás compañeros que se encontraban ya ocupando sus puestos, tomó asiento en el lugar que se le había asignado.

Sus pensamientos empezaron a aflorar sin control. En lo único que podía pensar era en los pobres muchachos, cuyas vidas estarían en juego, pero que ellos no lo sabían.

Le molestaba la idea de que la mayoría de jóvenes, al no saber lo que les esperaba en la Riviera, no pondrían mucho empeño en sus trabajos al tomar como verdad lo que sus superiores y maestros decían, que en la Riviera se les daría gratuitamente un curso de orientación para que después de varios años pudieran volver a presentar un nuevo proyecto con un mejor enfoque.

Le dolía demasiado la inocencia y lo incrédulos que eran los pobres chicos, quienes eran obligados a decidir el destino de sus vidas desde muy temprana edad.

—¡Bienvenidos! —gritó con ayuda de un altavoz un hombre de edad avanzada en el centro del Auditorio despertando a Jaim de su ensoñación. Era el presidente.

A Jaim le provocaba una gran rabia el ver al presidente de tan buen humor aun sabiendo el fatal destino que les tocaría a muchos de los jóvenes. Sin embargo, sabía que el presidente, al igual que los Tomrows y las demás autoridades, tenía que fingir alegría y optimismo para no despertar inquietud en la sociedad y mantenerlos de buen lado.

—Como todos sabrán, nuestro Planeta está atravesando momentos difíciles. De hecho, hace unos años atrás estuvimos al borde de la extinción: las lamentables acciones del ser humano y la aparición de una plaga incontrolable acabaron con casi todos los animales y la contaminación arrasó con el agua potable. Los humanos íbamos a caer. Pero somos una especie que no se rinde tan fácilmente. Si caemos, nos volvemos a levantar. Nunca nos dejaremos vencer por las adversidades y obstáculos que nos traiga la naturaleza. Somos una especie fuerte. ¡La naturaleza es débil en comparación con todos nosotros!

"Por ello, hemos creado una solución para mantener viva a la sociedad, para mantener con vida a lo mejor de lo mejor. Aquí es cuando surge la idea del Proyecto de Salvación, un plan que deben presentar todos los jóvenes de 22 años donde expondrán una idea que ayude a la supervivencia de los humanos; que nos ayude a salir adelante.

La Riviera de las AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora