Con el objetivo de poner su vida en orden, T/n convence a su amigo Senku de firmar un acuerdo de relación. Atraído por el dinero de la chica, aquél que se ha convertido en una necesidad para sus proyectos, accede a su petición. Pero antes escribe un...
—¿Otra vez leyendo, rarita? —Azumi se acercó a t/n decidida a arrebatarle el libro. Cuando jaló la portada, empujó a la chica haciéndola caer al suelo. —¿Ah? ¿Qué es esta estupidez? —Dijo una vez que tenía el ejemplar en sus manos.
Siendo víctima del miedo, se abstuvo de decir algo. Aunque suplicara piedad no le harían caso, era temporada de exámenes y ella sólo era la compañera de desquite. Aquella persona con la que todos los estudiantes frustrados se desquitaban para sentirse mejor durante estos días de estrés acumulado.
—"Habría dado cualquier cosa por sentir sus labios junto a los míos" —Su bullier leía un fragmento del primer párrafo que sus ojos encontraron.
La tez de t/n se había tornado de color rojo por toda la sangre que ahora mismo circulaba en su cara, fijó la vista al suelo para ocultar su tono temporal—"Era increíble cómo ella brillaba más que la misma luna"— Las ruidosas y molestas carcajadas le dieron el valor a t/n para pedir que le devolvieran el libro aún estando en el suelo.
—¿Estás loca? —Soltó una de ellas —Se está poniendo bueno, cállate y deja que continue.
—"No sé exactamente qué siento por ella, es muy raro ¿Estaré enfermo? Si es así, espero nunca encontrar la cura" —Las tres chicas continuaron riendo, hasta que la líder dejó de hacerlo —¿En esto pierdes el tiempo en lugar de estudiar? ¿Qué? ¿Crees que esto que lees te pasará a ti también? Mírate, hoy en día las gordas no dan más que asco, nadie se fijaría en ti. —Se rio con pocas ganas y continuó; — Y eso no es lo peor ¿Sabes por qué todos se desquitan contigo? Porque eres una mancha en el grupo, tus calificaciones son una vergüenza para nosotros, ¡Y porque no despegas la cabeza de esta mierda!
La cómplice de la brabucona se inclinó ligeramente para tirar de su cabello permitiendo que se levantara de donde estaba, mientras que las páginas del libro que ni siquiera era suyo eran arrancadas. Quería liberarse del agarre, pero le era imposible. Entre más luchaba más daño se hacía, aun así, no se quedaría sin hacer nada después de lo que estaba viendo.
—¡Deja de hacer eso, idiota! —No se arrepintió al instante, no. Se arrepintió cuando vio la expresión de furia de su bullier quien tiró el libro al suelo y se acercó tan rápido que no se había dado cuenta en qué momento había levantado el brazo para darle un puñetazo, haciéndola caer nuevamente.
—No le llames idiota a la mejor estudiante de la clase.
Las tres chicas comenzaron a golpearla hasta que se cansaron. Sintió que su garganta se llenó de sangre la cual fue expulsada por su boca, pero pareció no importarle, era más fuerte el dolor en las costillas, así que se llevó la mano a sus costados con la esperanza de alivianar el dolor. Cuando se aseguró que estaba completamente sola, se levantó como pudo, reunió todas las páginas arrancadas e intentó acomodarlas en el libro.
Sabía que no debía leer sin cuidado, ¿Quién se creía que era para caminar libremente como si no tuviera la necesidad de esconderse?
Se dirigía a la sala de profesores mientras se quejaba por el dolor, se vio en la necesidad de sostenerse con la pared mientras caminaba, una vez que llegó recuperó la postura fingiendo que todo estaba bien y saludó a los presentes.
—¿Por qué no almorzaste aquí? —Le preguntó el maestro de historia que se encontraba revisando los proyectos de sus alumnos.
—¿Mhm? Ah... Eso fue porque... Me topé con ellas de camino aquí—Se llevó una mano a la nuca para reír minimizando el asunto.
—T/n, ¿No has considerado cambiar de escuela? Sería fácil que tus acosadores sólo fuera un grupo de personas, pero no podemos suspender a toda la clase.
—No importa a dónde vaya. Fue igual en mi escuela pasada y será lo mismo en la próxima —Se encogió de hombros lentamente, pues aún le dolían sus músculos y hacerlo de forma brusca habría sido una tortura.
—Quizá si mejoraras tus calificaciones... —El maestro con el que iba a hablar intervino en la conversación. —t/n, repetirás el año si no subes tus notas, ¿Hay algo más que estés obligada a hacer además de estudiar? —La estudiante negó con la cabeza —Entonces usa tu tiempo para tus estudios, no es tan difícil.
Sí tenía otras cosas que hacer, pero no podía decírselo a nadie. Su papá era chofer de autobús y cuando salía a trabajar por las tardes, ella también lo hacía. Tenía un trabajo de medio tiempo en una tienda de conveniencia. Como su progenitor no estaba enterado de su trabajo, ella colocaba en secreto lo que ganaba en su cartera. Su padre creía que era una bendición, que dios se había dado cuenta de cuánto necesitaba el dinero y que ahora se lo estaba duplicando.
Y para escapar de la presión del trabajo y lo que tenía que soportar en la escuela, en lugar de estudiar, leía. Pues su imaginación se desconectaba de su espantosa realidad.
Llegó el momento de rendir los exámenes. Ella no estaba para nada nerviosa, pues sabía que los reprobaría todos, así que ¿Si ya sabía el resultado para qué preocuparse? Por otro lado, había quiénes estaban siendo carcomidos por la presión.
Se encontraba en el salón de clases leyendo el nuevo tomo de su manga favorito. Esperando a que llegara su profesor con los exámenes para poder irse a casa después de eso.
No contó con que un chico presionado se acercaría a ella para arrebatárselo.
—Escuché que lees romance —Vio la portada del tomo y lo golpeó contra el pupitre de t/n —¿Te gustaría hacer lo que hacen los protagonistas al final del libro? —Se rio y dirigió la mirada a sus compañeros para que se rieran y así lo hicieron.
—No, gracias. Yo... —Intentó tomar sutilmente el manga, pero este se dio cuenta antes de que pudiera tocarlo.
—Te estoy dando la oportunidad, gordita ¿Quién más querría sacrificarse? ¿Qué tal si lo hacemos y después me lo pagas siendo mi esclava?
—N-no —Musitó viendo hacia otro lado.
—Uh... Han, parece que el tinaco te rechazó —Este comentario lo hizo enfurecer, volvió a golpear el pupitre, pero esta vez con el puño.
—¿Quién te crees que eres para... —Se dio cuenta que t/n tenía los ojos puestos en el tomo del manga, así que se le ocurrió una idea que sólo un tonto como él podría llamar estupenda. Se acercó a la ventana y sacó su mano con la que sostenía el tomo —Ladra como una perra si no quieres que lo deje caer.
—No... por favor no lo hagas —Se acercó a él y se lo arrebató, no ayudó para nada a t/n que su grupo coreara un "uhh" pues después de esto, Han la empujó contra la pared y la tomó del cuello de su uniforme.
—Acabas de firmar tu sentencia, maldita —T/n intentó luchar contra él, pues estaba demasiado cerca. Prefería que la golpearan a sentir esa incomodidad que ahora estaba viviendo, pero el chico no se apartaba. La tomó con más fuerza, de hecho, aplicó tanta fuerza que, sin quererlo, su compañera cayó de la ventana.
De pronto escuchaba un ligero zumbido. Veía hacia el cielo que poco a poco se tornaba gris y borroso.
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