Cuando abrió los ojos a primera hora de la mañana, no se sintió desconcertada.
Sí, había bebido lo que mucha gente llamaría "en exceso" pero gracias a los increíbles genes que había heredado de su madre, tenía una gran tolerancia al alcohol.
Recordaba todo con detalle, lo que había hecho el día anterior era la razón por la cual durmió únicamente dos horas.
Tenía planeado irse a dormir temprano, pero estuvo dando vueltas en la cama recordando la conversación que había tenido con Gen. Se pasó la mayoría de la noche pensando en cierta persona que no quería mencionar ni siquiera en su mente. Pues cada vez que si quiera pensaba en su nombre le daba un molesto cosquilleo desde la punta de los pies hasta la cabeza, acompañado de una ola de calor insoportable que le invadía el rostro.
Sonreía, pero se espabilaba inmediatamente. No es que no le gustara sentir atracción/amor por el joven científico. Sino que se sentía estúpida por tener ese impulso totalmente irracional de tomarlo por el cuello de la camisa para obligarlo a besarla.
O simplemente se imaginaba diciéndole frente a todo el mundo lo mucho que lo quería y cuánto deseaba que él sintiera lo mismo que ella.
Se sentía impotente, sentía que tenía una debilidad y a su vez, esa debilidad tenía nombre y apellido.
Más le confundía el pensar que estuvo enamorada de otra persona y eso que sentía era de otra forma, algo más natural. Una sensación agradable, pero lo que sentía por Senku, le quemaba hasta los huesos.
No quería salir del camarote, le aterraba la idea de encontrarse con cierta persona de ojos carmesí. Era verdad que el día anterior después de la conversación iluminadora que había tenido con Asagiri, no le era complicado aún el dirigirse a Senku.
Sin embargo, la situación había cambiado esa noche en la que fue presa de sus pensamientos. Vergüenza era una palabra que se quedaba corta si buscaba definir lo que sentía. No podía permitirse ver la cara del protagonista de todas las fantasías románticas que no le habían dejado dormir.
¿Cómo iba a tener una conversación con él ahora? Se sentía cumpable y tonta después de pensar en que él podría sentir algo por ella.
Pero quedarse escondida para siempre no era una opción. Habían cosas más importantes que hacer y por las cuales preocuparse. Se obligó a salir del camarote para dirigirse a la cabina del capitán.
Vio a todos lados como una demente esperando no encontrarse con él. Cuando bajó por las escaleras lo único que vio fue a su amigo rubio tomando el té. Sonrió ante el panorama. Se sentía más tranquila, pero no le duró mucho tiempo.
La serenidad se disipó cuando fue oyente de una voz emitida en la dirección opuesta a la que apuntaban sus ojos.
-¿Te vas a mover o qué? -Dijo e inmediatamente bostezó.
Lo maldecía internamente, pues su voz le había hecho sentir un cosquilleo en su espalda. Por si fuera poco sentía que su corazón latía a mil por minuto, aunque eso era físicamente imposible, no era una maldita musaraña.
Se disculpó por obstruirle el acceso a la cabina y se hizo a un lado para dejarlo pasar.
Prestó atención a todo lo que Senku decía y poco a poco se fue acostumbrando a ese sentimiento que le provocaba la presencia del científico.
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El acuerdo prematrimonial -Senku Dr Stone
RomansaCon el objetivo de poner su vida en orden, T/n convence a su amigo Senku de firmar un acuerdo de relación. Atraído por el dinero de la chica, aquél que se ha convertido en una necesidad para sus proyectos, accede a su petición. Pero antes escribe un...